Valentina Milano y Francisco López Simó, decano de Dret, en la UIB. | M. À. Cañellas

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La Facultat de Dret de la UIB, a través de la doctora Valentina Milano, profesora de Derecho Internacional Público, ha formado parte, como organización académica, de la negociación del Pacte Mundial sobre la Migración, que tuvo lugar la semana pasada en la sede de la ONU en Nueva York.

Junto con Francisco López Simó, decano de la Facultat de Dret, Milano calificó ayer el acuerdo como «un éxito del multilateralismo, pues se ha alcanzado un consenso entre todos los estados con excepción de Estados Unidos. Donald Trump no quiso sumarse al acuerdo, lo que es una decisión muy triste, pero al menos podemos celebrar que el resto de estados, un total de 192, sí hemos ido en la misma dirección».

La doctora destacó que «hasta ahora, el único marco de la ONU en este aspecto era el de una carta de derechos de los migrantes. Ahora contamos con un acuerdo intergubernamental, negociado bajo el auspecio de la ONU, con el objetivo de gestionar y cubrir todas las dimensiones del fenómeno migratorio con una perspectiva mucho más amplia».

Tras una cierta crisis en la cooperación internacional y una negociación de más de un año a partir de posiciones iniciales alejadas entre países emisores y receptores, Valentina Milano señala que «los cuatro pilares del acuerdo son: facilitar que las personas no tengan necesidad de migrar; más seguridad y menos vulnerabilidad de las personas migrantes; fomentar la aportación y la contribución positivas de los migrantes a las sociedades que los reciben mediante la integración y el reconocimiento de sus capacidades; y la lucha contra las redes de tráfico de personas».

La profesora de la UIB indicó que «el texto final recoge enfoques de derechos humanos, de género y de necesidades de los niños, atendiendo la vulnerabilidad de los migrantes. Es muy importante el rechazo a la detención de los niños migrantes, sólo considerada como último recurso, y a la distinción entre migrantes regulares e irregulares. También es muy destacable que no se criminaliza la migración ni tampoco a quienes se dedican a ayudar a las personas migrantes, sobre todo a salvar sus vidas».

Milano subrayó que «la migración entre los propios estados de África es muy superior a la que llega a Europa. Igualmente, el acuerdo lucha contra la discriminación y el odio a los migrantes a través de informaciones falsas o manipuladas. El acuerdo no es del todo vinculante. Por ejemplo, no puede obligar a Italia a acoger migrantes en sus puertos, pero sí a salvar vidas en peligro con la cooperación entre estados si es preciso».