La Ley de Suelo persigue consolidar los espacios urbanos con el aprovechamiento de las zonas que aún no se hayan urbanizado para evitar el consumo de nuevos territorios o de ‘manchas’ urbanas o urbanizables en suelo rústico que ahora quedan desclasificadas. | C.C.

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Más de cuatro millones de metros cuadrados de terrenos industriales, de servicios, urbanos o urbanizables han desaparecido de la cartografía urbanística de Mallorca con la aprobación de la Ley de Suelo.

En una de sus disposiciones incorporada a través de un enmienda de Més se eliminaron las posibilidades edificatorias de una serie de falsos urbanos que resistían en las cartografías desde el año 1999, fecha en la que se aprobaron las famosas Directrices de Ordenación del Territorio (DOT). Se trataba se suelos cuyas posibilidades urbanizadores permanecían latentes, suelos ‘zombis’, como los describió el diputado de Més Antoni Reus y que han quedado desclasificados de forma definitiva con la Ley del Suelo.

Estudio del Consell

La aprobación de la ley marcó la entrada en vigor de la norma, pero hasta ahora no se habían conocido los efectos reales en Mallorca. El Consell de Mallorca ha hecho un informe en el que traslada a planos la disposición que marca la ley y el resultado son esa veintena de zonas de Mallorca que superan los cuatro millones de metros cuadrados de extensión.

Hay un total de nueve municipios afectados por la norma: Campos, Llucmajor, Manacor, Petra, Pollença, Porreres, Sant Llorenç, Santa Margalida y Santanyí y la zona de mayor afectación corresponde a las 206 hectáreas del polígono industrial de Llucmajor, que no se ha desarrollado en los últimos 20 años. Otra desclasificación significativa afecta al polígono industrial de Petra, donde debía instalarse la filial de una empresa japonesa de bombillas. Una delegación balear encabezada por Gabriel Cañellas viajó en el año 1991 a Japón para mantener reuniones con los ejecutivos de esta compañía. Se hicieron todas las gestiones, se modificó la calificación del suelo y se pintó la fábrica en el planeamiento de Petra, pero los japoneses nunca llegaron a construir nada, pese a lo cual, los terrenos seguían hasta ahora disponibles para su urbanización.

El conseller Marc Pons explicó que con esta medida se «limpiaba» planeamiento que mantenía restos de suelos de distintas clasificación urbanística que podrían quedar urbanizados en cualquier momento. Ahora ya no estarán en planeamiento aquellos suelos urbanos que no se hayan desarrollado en los municipios que siguen sin adaptarse a las DOT: veintiuno en toda Mallorca.

Ciudades compactas

Uno de los propósitos que se marcó el Govern con la aprobación de la Ley del Suelo fue conseguir una cierta compactación de las ciudades. La ley apuesta por desarrollar aquellos suelos vacantes que se encuentren en las ciudades y eliminar manchas de suelo urbano, urbanizables industrial que aparecen en suelo rústico y que no se han desarrollado en todos estos años, como mínimo desde que el Parlament balear aprobó las Directrices de Ordenación del Territorio.