Sobre estas líneas, un señor de edad indeterminada, ante un parque vacío. El informe sobre el envejecimiento detalla que los roles familiares están cambiando. Augura que los vínculos con las personas mayores irán debilitándose en el futuro pese a que ahora se valora mucho su papel de ‘abuelos’. | Josep Bagur Gomila

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La esperanza de vida en Balears se alarga y, en una década, se situará en los 85 años, lo que (unido a cambios en los roles de las familias y al aumento de las personas mayores que viven solas) obligará a tomar una serie de medidas para afrontar una situación que supone «unos retos hasta ahora desconocidos». Es lo que se conoce como ‘transición demográfica’.

Ese es el punto de partida de un informe que ha comenzado a analizarse en una comisión del Parlament, concretamente en la Comisión de Derechos Humanos y Servicios Sociales y que será la base de un futuro ‘libro blanco’ sobre el envejecimiento en las Islas. El informe, que no es más que «un diagnóstico previo», según señala el coordinador de los trabajos (el diputado socialista Jaume Garau) plantea líneas de actuación, pero señala que no las puede asumir la Administración en solitario y que precisa de la colaboración de la empresa privada y de las asociaciones del tercer sector.

Con el horizonte de 2030 «las necesidades económicas y sanitarias de las personas mayores serán aún más importantes que las actuales» precisa el informe, a la vez que augura que las relaciones familiares irán cambiando y los vínculos, que todavía son fuertes, serán más débiles en el futuro. «Las personas mayores estarán menos protegidas por la familia», indica. El 50 % del gasto en servicios sanitarios en Balears está dirigida a la atención de personas mayores y de ahí la necesidad de profundizar en la atención de enfermedades crónicas. La comisión busca el apoyo de expertos. Varias personas ajenas a la política se han reunido ya con los ponentes y están recogiendo información.

Medidas en varios frentes

Habrá que tomar medidas en varios frentes, no sólo en el sanitario, sino también en el económico. Por ejemplo, crece la pobreza en el colectivo de mujeres mayores, La soledad de las mujeres mayores, según informes que maneja la comisión, llega a un 28,85 %. El reto es conseguir un envejecimiento «activo y saludable». Es algo que ya se abordaba en el Anuario de Envejecimiento de Balears de 2014 y que ahora cobra más fuerza, según explican a este diario. De ahí la necesidad de adaptar las ciudades a las demandas de las personas mayores. Hay varios colectivos, principalmente, de mujeres que ya trabajan este campo.

La mayoría de las personas mayores prefiere que le atiendan en su casa

La mayoría de las personas mayores prefiere quedarse en casa. De ahí la necesidad de ampliar las ayudas económicas y las técnicas de prestación de servicios domiciliarios. En realidad, y según el informe previo que maneja el Parlament, si en estos momentos ya hay lista de espera, harán falta más plazas de centros de día, más ayudas económicas y técnicas para la prestación de servicios domiciliarios.

El informe constata la necesidad de estimular la actividad física de las personas mayores ya que la soledad, el exceso de vida domiciliaria y mucha televisión van contra la buena salud física y psíquica.