En la imagen, una médico del centro de salud de Son Gotleu atiende a sus pacientes. La Gerència d’Atenció Primària de Mallorca registró un total de diez bajas voluntarias el año pasado, aunque contrató a 244 nuevos profesionales. | Jaume Morey

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La movilidad en el sector sanitario público es un problema en todo el país. Las cifras oficiales apuntan que hacen falta unos 2.700 médicos de familia y pediatras en toda España.

Balears no está al margen de este problema de movilidad del personal sanitario, pero los datos que baraja el Servei de Salut reflejan que se han incorporado ocho médicos por cada uno que ha decidido cambiar de destino. En 2017, las distintas gerencias del IB-Salut registraron 803 altas de médicos frente a las 91 bajas voluntarias de profesionales de la medicina que optaron por irse a trabajar a otras comunidades autónomas.

Gerencias

Atenció Primària de Mallorca fue la gerencia con más altas: 224 facultativos empezaron a trabajar el año pasado en los centros de salud de la Isla, y sólo se registraron diez bajas voluntarias. El Àrea de Salut d’Eivissa i Formentera contó con 72 altas y 17 bajas voluntarias, y el Àrea de Salut de Menorca con 28 altas y cinco bajas. Ningún trabajador del 061 se dio de baja de su puesto de trabajo en las Islas, pero el servicio incorporó a nueve médicos.
Por hospitales, Son Espases tuvo 196 incorporaciones de médicos en 2017, frente a 11 bajas voluntarias. Son Llàtzer registró 17 bajas y 73 incorporaciones. El Hospital de Manacor tuvo 17 bajas y 73 altas, y el Hospital Comarcal d’Inca, 32 altas y nueve bajas voluntarias.

El director general del IB-Salut, Juli Fuster, reconoce que, con los datos en la mano, «no se puede hablar de fuga de médicos», sino de una movilidad que es «muy habitual» en el sector sanitario público. «Las cifras demuestran que Balears es un destino atractivo para los profesionales de la Medicina», argumenta el director general, tras lamentar que se haya querido «vender» la imagen de que el personal sanitario no quiere venir a trabajar a las Islas por el decreto de catalán.

«Ningún médico ha abandonado su trabajo en Balears por el catalán, por la simple razón de que no se les exige», puntualizó Fuster, y recordó que con el decreto aprobado por el Govern «el catalán sólo se pedirá a los dos años de trabajar en la sanidad pública y si el profesional quiere promocionar. En caso de que decida no hacerlo, en ningún momento tendrá que acreditar el idioma».

Según Fuster, lo que hace que muchos facultativos opten por elegir las Islas para trabajar es el hecho de que se haya aprobado «una de las carreras profesionales más bien pagadas del país» y el intentar fidelizar a los médicos «ofreciendo contratos largos, mínimo de un año», algo que también se está empezando a poner en práctica en otras comunidades autónomas, porque se ha comprobado que «ofrecer contratos de más larga duración atrae a más profesionales». Fuster explica que en las próximas semanas se hará pública la convocatoria de oposiciones para el personal facultativo de distintas categorías profesionales.