Antoni Noguera, en una imagen de archivo. | Teresa Ayuga

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El alcalde de Palma, Antoni Noguera, ha anunciado este lunes que «no hay vuelta atrás» en el desalojo del poblado de Son Banya, avalado por una sentencia judicial que se cumplirá, en una primera fase en cuestión de días, a finales de este mes.

«Vamos a acabar con el supermercado de la droga», ha señalado el alcalde, quien ha añadido: «Prestamos especial atención a la población infantil y a su peligro de que entre en riesgo de exclusión».

Días después de que varias familias gitanas del poblado anunciaran que no se irán, Noguera ha anunciado que la mayoría de vecinos de Son Banya tiene asegurado su realojo, aunque es «normal» que se produzcan algunas tensiones, según ha dicho.

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El alcalde ha recordado que a Palma «le costaba 700.000 euros cada año mantener un poblado que, ahora mismo, no tiene razón de ser».

El primer paso para hacer desaparecer el poblado será la demolición de 45 viviendas -Noguera las ha tildado de «chabolas»-, en las que viven 16 familias, que son las afectadas por las sentencias confirmadas por el Tribunal Supremo.

«Doce de estas familias ya tienen asegurada una nueva vivienda, mientras buscamos una solución para las cuatro restantes», ha anunciado el primer edil de MÉS, quien ha considerado «un hecho histórico» demoler un poblado que «sólo ha traído tristeza y muerte a Palma».

Por último, Noguera ha recordado que la decisión de demoler Son Banya está aprobada por todos los partidos políticos con representación en Cort.