Los dos jóvenes afrontarán un juicio por lesiones en un juzgado de lo Penal de Palma con el agravante de actuar bajo un móvil ideológico. | P. Pellicer

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La agresión a un comandante del Ejército que iba de uniforme en el Passeig del Born en Palma terminará en un juicio por un posible delito de odio.

La acusación particular, que representa al militar ya ha incluido esta posiblidad en su escrito de conclusiones provisionales, además de un delito de lesiones y está pendiente la calificación de la Fiscalía que prevé hacerlo en la misma línea. De hecho, el asunto ha sido llevado por el fiscal delegado en Balears para este tipo de delitos, José Díaz Cappa. El juzgado de instrucción dictó hace unas semanas el auto en el que cerraba la instrucción por un delito de lesiones.

Los hechos ocurrieron el 10 de marzo de 2017 a primera hora de la mañana. El militar, de unos cincuenta años, había ido a una sucursal bancaria para realizar una estión. Cuando estaba en la calle, los dos jóvenes comenzaron a sacarle fotografías. El oficial salió a la calle, en dirección a la Almudaina y fue seguido por los jóvenes, que continuaron haciéndole fotos. Ante el acoso, el oficial se giró y les dijó «¿por qué me hacéis fotos?»

En un momento dado de la secuencia se produjo un enfrentamiento en el que el militar cayó al suelo y fue agredido. Cuando fue golpeado, según declaró el comandante, intentaba sacar su propio teléfono móvil para poder llamar a la policía y pedir ayuda y que, entonces, fue cuando se abalanzaron sobre él.

Móvil

Las acusaciones sostienen que el móvil de la agresión fue ideológico, lo que justificaría la aplicación de la agravación por delito de odio. Los dos acusados siempre han negado este extremo y, tras su detención por la Policía Nacional, pidieron perdón por lo ocurrido. Su versión es que regresaban de una fiesta en la que habían consumido una gran cantidad de alcohol y que la situación se les fue de las manos. Siempre han negado cualquier móvil ideológico y, de hecho, ninguno de ellos tenía hasta ese momento antecedentes por comportamientos de este tipo ni militaban en ningún grupo radical o partido político.

Frente a su explicación, el militar ha sostenido que, durante la agresión le tildaron además de «fascista». La escena quedó registrada en el teléfono móvil de una joven que pasaba por la zona y será una de las pruebas clave en el juicio que aclarará lo ocurrido.

La defensa del militar reclama también una elevada indemnización a los dos jóvenes acusados ya que, sostiene que, a raíz de los hechos tuvo una prolongada baja como consecuencia de las secuelas de los golpes que recibió. Un primer parte médico apuntaba a que se trataban de lesiones leves, lo que será otro de los motivos de discusión en el juicio que se celebrará en un juzgado de lo Penal.

Un caso que provocó incluso la intervención de políticos nacionales

La agresión hace un año a un militar de uniforme a plena luz del día en el centro de Palma causó un gran revuelo y múltiples reacciones de condena. Tras los hechos incluso algún líder nacional, como Albert Rivera, intervinieron para denunciar que se trataba de un delito ideológico.

En los primeros momentos, la policía dio prioridad al asunto ante la sospecha de que se trataba de un móvil ideológico y se ha analizado el perfil ideológico de los dos investigados, que no tienen relación con ningún grupo organizado ni la han tenido.

Tras ser detenidos un día después de que ocurrieran los hechos y de declarar ante el juez de guardia, los dos jóvenes quedaron en libertad con cargos. El militar agredido, que cuenta con una amplia experiencia, ha estado varias semanas de baja a raíz de la agresión.