En cada uno de los ocho puntos habilitados se deposita un tipo de residuo. | M. À. Cañellas

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El nuevo punto verde de Son Castelló está imparable y cada semana bate récords de asistencia de personas que acuden para dejar sus escombros. El último récord tuvo lugar el sábado 17 de febrero, cuando se contabilizaron 335 vehículos; probablemente esta cifra haya sido superada este último sábado. Los técnicos que trabajan en el punto verde señalan que cada día pasan por el punto verde de Son Castelló una media de 250-300 usuarios, aunque esta cifra se incrementa los sábados; hace solo dos años lo hacían una media de 50-60 al día. En 2017 los ciudadanos depositaron un total de 9.608 toneladas de residuos, casi el triple que en 2016.

La ampliación de las instalaciones, que se han multiplicado casi por cuatro -hora cuenta con 3.139 metros cuadrados-, ha permitido que los usuarios puedan dejar allí los residuos de una forma más cómoda. Así, cuando llegan dos operarios le toman la matrícula, le preguntan si están empadronados en Palma -las personas de otros municipios no pueden utilizarlo- y le indican el punto en el que deben dejar los residuos.

El 70 % de los materiales que depositan los usuarios son muebles y escombros. Desde hace dos años, los particulares pueden llevar escombros al punto verde de Son Castelló. Los técnicos argumentan que uno de los motivos por los que se está incrementando tanto el número de usuarios es por la mejora de las instalaciones, mucho más cómodas. Además, se han incorporado nuevos residuos, como las bombonas de gas, y las empresas también pueden llevar materiales, siempre que no sean de la actividad que realizan. También destacan que han sido muy importantes las campañas de concienciación ciudadana que se están realizando; los medios de comunicación y las redes sociales también desempeñan un papel muy importante.