Este horno de Palma es uno de los establecimientos emblemáticos catalogados por Cort. | Imágenes: M.A. Cañellas Montaje: Ana Largo

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El forn d’en Fiol está regentado por Christian Aparicio desde hace unos diez años. Es la segunda generación que está al frente del establecimiento, ya que sus padres lo alquilaron en la década de los 80. «Yo tenía unos 8-10 añitos», recuerda con cariño.

Antes lo tenían dos señoras, Gertudia y María, y también colaboraba con ellas Joana, la hija de una de ellas. Christian explica que se dice que elaboraban el mejor pan moreno de la zona. De hecho, se cuenta que la cola para poder comprar pan moreno del forn d’en Fiol llegaba hasta la iglesia. Además, estaba tan demandado que había que encargarlo. Cuando sus padres se hicieron cargo del horno introdujeron más productos de elaboración propia. Actualmente, el pan moreno sigue siendo una de sus especialidades, pero hay que añadir la coca de crema, los cremadillos, los croassants y las palmeras. En este punto, señala que decidieron mantener el nombre forn d’en Fiol porque era muy conocido en Palma y así podrían mantener la clientela.

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Cuando Christian y su familia llegaron, la calle Carnisseria era la continuidad de la Via Sindicato, por la cantidad de negocios pequeños que había. Además, subraya que Can Joan de s’Aigo tiene sus raíces aquí, justo en frente del forn d’en Fiol, pero tuvo que ser trasladado a la calle Can Sanç porque había riesgo de derrumbe en el edificio que ocupaba. Christian señala con nostalgia que la mayoría de negocios de esta calle han cerrado. En este punto, precisa que ha conocido al menos tres etapas diferentes en la calle, de decandencia y resurgir de la misma.

Respecto a su horno, confiesa que desconocía su antigüedad y explica que un periodista que fue a hacerle una entrevista le mostró un listado con más de 120 hornos registrados en Palma y pudo comprobar que el suyo era del año 1652. Se fundó con el nombre d’En Garí o d’En Gori, que en el papel del registro se hallaba en la antigua calle Sabateria, hoy denominada Carnisseria.

Como anécdota cuenta que durante la Guerra Civil cayó una bomba que atravesó el tejado de una finca colindante y entró en la cocina. La bomba fue hallada sin detonar, pero si hubiese explotado habría cambiado el destino del horno y el inmueble hoy estaría destinado a otra actividad. «El forn d’en Fiol ha sobrevivido hasta a las bombas de la Guerra Civil», sentencia.