Fernardo Arango Pardo, todavía sigue de baja. | M. À. Cañellas

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Está enfermo, molesto y enfadado. Bernardo Arango (Colombia, 1978), residente en Mallorca desde hace años, es uno de los 38 afectados por el brote de hepatitis A registrado en un restaurante de Palma.

Arango, que vive en Palma y trabaja en el Club Nàutic de s’Arenal, afirma: «Voy a denunciar al restaurante que me ha contagiado la hepatitis» y reconoce que ya ha puesto el caso en manos de su abogada. «Hablamos de un restaurante que está bien, no un cuchitril, pero se ve que no tomaron las medidas que se tenían que haber tomado. Es inconcebible que pase esto», afirma molesto.

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Arango, que estuvo en el restaurante a mediados de noviembre junto con su pareja, «que no está enferma porque comimos platos diferentes», se empezó a encontra mal el 14 de diciembre. Fue a la Clínica Juaneda donde primero le diagnosticaron una gripe fuerte, pero al ver que se iba poniendo peor y «tenía más de 40 grados de fiebre y un malestar que nunca lo había sentido», volvió a acudir al médico. Después de una serie de pruebas y una analítica se le diagnosticó hepatitis A. Arango permaneció ingresado del 18 al 22 de diciembre. «Me fui a casa para pasar las Navidades y fueron las más horrorosas de mi vida, porque yo me encontraba fatal».

Lleva desde mediados de diciembre de baja «y todavía no estoy recuperado del todo». Arango afirma que está indignado porque «he leído las declaraciones de la consellera, Patricia Gómez, y me ha parecido que quería quitarle importancia a lo que ha sucedido, como si la hepatitis A no fuera una enfermedad importante». «Se que algunos de los afectados están preparando una plataforma para hacer una denuncia conjunta, pero yo quiero presentar mi denuncia de forma individual», concreta.