Margarita y sor Juana; ambas entraron con 18 años. | Click

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El pasado 22 de agosto la mallorquina de 18 años Margarita Bauzá ingresó en el convento de monjas de clausura de las Clarisas de Palma, algo que no suele producirse, y más en los tiempos actuales en los que lo material está muy por encima de lo espiritual. Ahí sigue, seis meses después de su ingreso. Y sigue feliz, mirando hacia delante, sin nostalgias por lo que ha dejado fuera.

Ella no es la primera joven que a los 18 años entra en un convento en plena era digital. Lo hizo en el mismo convento, y a la misma edad que aquella, otra joven, hace 24 años. Juana Ana, se llama y es de Campos del Puerto. «Un día –dice–, Jesús me llamó y yo acepté su llamada. Y aquí sigo, muy feliz, 24 años después». En la actualidad es la maestra de Margarita. Es la que permanece más tiempo a su lado a lo largo del día. Y en estos 24 años que lleva recogida entre aquella cuatro paredes, no ha sentido en ningún momento una llamada de fuera «porque este es mi lugar», aseguró. «En cuanto a ella –dice, refiriéndose a Margarita–, es más decidida que yo. Por eso, yo le diría que no se desanime, que si está junto a Dios, que se coja de su mano, que siempre le va a ayudar».

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A lo largo de estos años, ha tenido sus crisis «pero si te acercas a Él y sientes su cercanía, todo se supera. Esto es como el matrimonio, en el que también hay crisis, pero si hay amor, este puede con todo». Confiesa que en lo meses que lleva a su lado, día a día, la ve «muy fuerte, muy decidida, feliz y con ganar de luchar por el amor de Dios». A la pregunta de cómo evitan las tentaciones explica que «las tentaciones se ahuyentan con la oración y la confesión».

Juana Ana, como el resto de monjas Clarisas, dedica el tiempo a la oración y al trabajo. Rezar y trabajar es a lo que se limita el día a día de Sor Juana Ana, Margarita y el resto de hermanas que viven en el convento de Santa Clara. También se puede estudiar, vía Internet, una carrera, como Teología, o algo que tenga que ver con la orden. «También, algunos domingos, solemos ver vidas de santos o documentales sobre franciscanos o sobre nuestra orden».