Muchos comercios colgaron este martes el cartel de rebajas. | Jaume Morey

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Baleares consiguió en 2017, por primera vez desde el inicio de la crisis, frenar la destrucción del tejido comercial. Así se desprende del Directorio de Empresas (DIRCE) que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que recoge el Institut Balear d’Estadística (Ibestat) a partir de las empresas en activo a 1 de enero de cada año. A principios del año pasado había en las Islas 10.654 empresas dedicadas al comercio minorista, una cifra ligeramente superior a la de 2016 y, como se aprecia en el gráfico adjunto, se trata del primer incremento desde 2008.

El inicio de la recesión supuso un goteo constante de comercios y son muchos los que se vieron obligados a bajar la barrera. La contracción del consumo y el descenso de las ventas supuso un duro golpe para el sector, que ha pasado de más de 13.000 empresas antes de la crisis, a las poco más de 10.600 actuales. «Por primera vez, ha habido más aperturas que cierres», explica el presidente de la patronal del pequeño y mediano comercio Pimeco, Bernat Coll, quien reconoció que la aprobación del plan director sectorial de equipamientos comerciales del Consell de Mallorca es una herramienta «clave» para la supervivencia del comercio de proximidad a largo plazo.

En cualquier caso, reconoció que la reactivación del tejido comercial responde al ciclo de recuperación económica. En este mismo sentido se pronunció el presidente de Afedeco, Rafael Ballester, quien explicó que tras varias temporadas con cifras positivas de ventas y una mejora global de la economía «hay más emprendedores que se atreven a abrir un negocio», de ahí que haya acabado la sangría de negocios del comercio. Aún así, la cifra de empresas del sector aún está lejos de la que había hace una década.

Sin embargo, no solo la crisis ha incidido en la desaparición de negocios, especialmente de comercios de proximidad. La llegada de grandes marcas y franquicias interesadas en instalarse en la Isla y la irrupción del comercio online supone un nuevo factor con el que debe competir el comercio tradicional. Rafael Ballester lo ha reconocido en más de una ocasión, al igual que el delegado en Baleares de la patronal de grandes superficies Anged, Francisco García.
Las compras por internet han ganado terreno y se trata de una tendencia al alza. Grandes y pequeños reconocen que se trata de un nuevo actor en juego, muy potente, que exige una actualización constante de la oferta. Francisco García indicó que si bien la mayoría de consumidores todavía prefiere ir a una tienda física para realizar sus compras, un 52 % de clientes busca información por internet previamente, según la consultora Nielsen. «Eso exige ofrecer al consumidor información en todo momento, dar servicio y entrega rápidos o crear una experiencia de compra más personalizada», sentenció. Precisamente desde el Govern, a través de la Direcció General de Comerç de la Conselleria de Treball, Comerç i Indústria, se han impulsado planes de ayuda para fomentar internet entre el comercio de proximidad de las Islas.