Un momento de la última vendimia en Can Majoral. | Miquel Julià

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Los productores de vinos acogidos a las dos denominaciones de origen y a las seis marcas de vino de la tierra de Baleares han elaborado este año 53,7 millones de litros, un 10 % menos que en 2016, y prevé que la añada de 2017 sea de elevada calidad por el menor tamaño de la uva debido al estrés hídrico.

Según ha informado este domingo la Conselleria de Medio Ambiente, los vinateros de las islas han producido 23,5 millones de litros de tinto (44 % del total), 17,4 millones de litros de blanco (32 %) y 12,7 millones de litros de rosado (24 %).

El descenso en la elaboración vinícola es producto de la bajada de la producción, más acentuada en el vino de la tierra de Formentera (26 %) y también en la denominación Binissalem, aunque en este caso parte de la uva se ha destinado a hacer «vi de la terra de Mallorca».

El decrecimiento de las cosechas vendimiadas este año ha sido generalizado en toda España, y en regiones climáticamente próximas, como Cataluña y la Comunidad Valenciana, ha alcanzado el 30 %, según destaca el Govern balear.

La previsión de mejora de la calidad se basa en la mayor aportación de polifenoles de la piel al mosto por la disminución del calibre de las uvas a consecuencia del estrés hídrico que ha sufrido la viña en 2017, lo que se traduce en vinos con más color y más aromas afrutados.

En abril y mayo de 2017 se produjeron en Baleares menos lluvias de lo habitual, concretamente en Mallorca casi seis veces menos que en 2016, a lo que se sumó una helada a finales de abril, lo que redujo el número de racimos.

A ello se sumaron altas temperaturas y escasas precipitaciones en junio y agosto, lo que generó un grano más pequeño.