Imagen del partque fotovoltaico de Son Bauló, en Santa Margalida. | Elena Ballestero

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Amics de la Terra ha reclamado este martes el apoyo a la implantación de parques fotovoltaicos de pequeña y mediana dimensión como los previstos en cinco municipios de Baleares y que se eviten los «megaparques», en pro de una transición hacia un modelo energético sostenible.

La entidad ha calificado de ajustada «a la realidad geográfica de un territorio reducido como Baleares», la dimensión de cinco proyectos de parques fotovoltaicos proyectados en islas que no superan en ningún caso las 4 hectáreas, ha informado en un comunicado.

La Dirección General de Energía y Cambio Climático ha sacado recientemente a información pública para la autorización administrativa, declaración de utilidad pública y evaluación ordinaria del impacto ambiental esos proyectos de parques fotovoltaicos.

Son los proyectos de los parques fotovoltaicos en Llucmajor (Buniferri y Alicantí), Bunyola (Son Pons y Sa Tanca), Consell (Son Corcó), Sant Antoni de Portmany (Bosc den Lleó) y Ses Salines (Sa Cometa) que aportarán en conjunto una potencia total de 22.400 kW, que representa «la mitad de la potencia de cada uno de los mega parques recientemente autorizados por el Govern Balear, Santa Cirga en Manacor y s'Àguila en Llucmajor.

Según Amics de la Terra, dichos proyectos indican que «la transición hacia un modelo energético sostenible sí es posible mediante parques de pequeña y mediana dimensión, sin tener que recurrir a mega parques».

Los cinco parques fotovoltaicos proyectados que se encuentran en tramitación tienen en común que en ningún caso se superan las 4 hectáreas de superficie afectada.

Además no requieren la realización de nuevas y grandes infraestructuras eléctricas para volcar su energía a la red, ya que se proyectan en zonas cercanas a líneas existentes de 15 kV y solo precisan la ejecución de pequeños tramos de red, en gran parte soterrados, para su conexión con las estaciones transformadoras de los parques.

Al tratarse de instalaciones de potencias que oscilan entre los 3 y 4 MW, se reduce el transporte de la energía generada hasta los puntos de consumo, y en consecuencia las pérdidas en la red, según Amics de la Terra, que destaca además que sus emplazamientos no afectan a zonas de especial interés agrícola.

Según la organización ecologista, incluso, en algunos casos, se ubican próximos a zonas ligeramente degradadas, como sería el caso del de Bunyola, por su proximidad a Son Reus.

La entrada en funcionamiento de estos nuevos parques fotovoltaicos supondrá una generación eléctrica renovable de casi 35.000 MWh/año, algo más del 6 % de toda la energía eléctrica consumida en Baleares en 2016.

Además, con ellos dejarán de emitirse de unas 68.000 Tn/año de CO2, y se reducirá también la contaminación por SO2, NOX y otras partículas que originan las centrales eléctricas térmicas de las islas.

Amics de la Terra ha recalcado su apoyo a este tipo de proyectos para conseguir la transición energética hacia un modelo cien por cien renovable para las islas.

La entidad ha señalado que estos proyectos son económicamente viables por lo que «debería abandonarse definitivamente» la autorización de grandes parques, regulándolo por ley, y apoyando además los proyectos de menor dimensión y «perfectamente integrables en el territorio».

La organización ha pedido agilidad administrativa en la tramitación de las instalaciones de tamaño reducido, así como ayuda económica para la inversión inicial, ya sea mediante fondos europeos y con la recaudación de la ecotasa.