Después de meses buscando alternativas, Pedro -nombre ficticio- tomó la decisión que menos le agradaba. Necesitaba trabajar, desarrollar su actividad para generar ingresos, después de pasar por varios trabajos, y para eso necesitaba encontrar un local que se adaptase a su oficio y alquilarlo. En aquel entonces vivía con otras personas, compartía piso para reducir gastos, pero la idea de asumir dos alquileres era insostenible. «Encontré un local y ahora ya vivió allí», reconoce.
La historia de Pedro es la de muchos otros, asegura. «En estos meses, me he encontrado con otras personas que viven en estos sitios, el mío no es un caso excepcional. En mi caso, he priorizado desarrollar mi actividad y sentirme realizado por encima del bienestar vital, pero porque la situación me ha obligado. La gente se piensa que las personas que terminan haciendo esto son personas que no tienen ingresos, pero no es así. Hay muchas personas que tienen ingresos, pero sólo pueden permitirse esto, no pueden hacer frente al alquiler de una vivienda. Me he encontrado con personas de 40 o 50 años que tiene que rehacer su vida y sólo tienen esto, a no ser que se metan en un piso de estudiantes. Es de juzgado de guardia».
Antes de tomar la decisión de quedarse a vivir en el mismo espacio en el que trabajaba, Pedro estuvo buscando ayudas. «Hay una clase de alquiler que ofrece ayudas, pero acceder a ellas no es fácil. Hay ayudas que te excluyen por los ingresos, pero te dejan en un limbo». Antes de dar con este espacio, por todos los locales que encontraba me pedían como mínimo 500 euros por 40 metros cuadrados. Súmale la luz, el agua y otros gastos... Y, a parte, la vivienda. Tenía que plantearme qué hacer porque no tenía realmente muchas más opciones».
Pedro ha adecuado el espacio, lo ha preparado para poder vivir y cree que, si nada lo impide, no es algo temporal. «Creo que he estado suficiente tiempo buscando alternativas como para poder decir que esto no es temporal. No tengo más opciones. El 80 por ciento de mi sueldo se va a pagar esto», concluye.
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Otra de las opciones que irán apareciendo como setas en otoño serán las autocaravanas. ¿Acaso no hay en muchas partes de Europa familias que viven en sus barcas sobre el rio?.