El plan busca promover los centros urbanos comerciales abiertos, que deben desarrollar una gestión unitaria y compartir un modelo de funcionamiento y horarios, entre otras cualidades. | Teresa Ayuga

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El impacto sobre la movilidad en las carreteras será determinante a la hora de conceder la licencia de un nuevo equipamiento comercial en Mallorca, es decir, aquellos establecimientos de más de 700 metros cuadrados de superficie comercial. Así lo recoge el borrador del Plan Director Sectorial de Equipamientos Comerciales de Mallorca, que este jueves presentan los consellers insulares de Territori i Economia, Mercedes Garrido y Cosme Bonet, respectivamente.

En concreto, el documento indica que si en el proceso de evaluación de los diferentes impactos de los equipamientos comerciales se identifican impactos de cualquier tipo que no pudieran ser asumidos por su gravedad, se podrá condicionar, limitar o incluso rechazar de forma justificada, la autorización para la actividad comercial requerida. Además de un impacto inasumible sobre la movilidad, también se contemplan aspectos ambientales y sobre espacios de valor ambiental, paisajístico o cultural. Se trata de nuevos parámetros que hasta ahora no se han tenido en cuenta a la hora de otorgar una licencia para un equipamiento comercial de más de 700 metros cuadrados, que seguirá concediendo el Govern, aunque el Consell establezca las directrices. Los establecimientos de más de 5.000 metros cuadrados estarán obligados de presentar un estudio de movilidad generada y la licencia se podrá denegar en los que implique un incremento de intensidad sobre los tramos saturados, en caso de que no se mejoren sus condiciones de servicio.

Por otra parte, el documento divide la Isla en cinco zonas y establece para cada una la superficie máxima que podrán tener los equipamientos comerciales que se establezcan en cada una de ellas. Inca y Manacor son los municipios donde se permite un mayor crecimiento comercial.