Momento de la entrevista a Mohamed Harrak en la redacción de Ultima Hora. | Julián Serrano

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Mohamed Harrak, el joven de Son Gotleu absuelto de yihadismo, abandonó el lunes la cárcel de Zaragoza y este jueves estuvo en la redacción de Ultima Hora para hablar del calvario que ha sufrido desde que fue arrestado en Son Gotleu el 19 de abril de 2016, agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional llegados de Madrid.

Antes de la detención llevaba seis años trabajando como cocinero en un hotel de Santa Ponça, era árbitro de baloncesto, boxeaba y practicaba airsoft. El joven, marroquí de 28 años, está casado, su mujer vive en Marruecos con su hijo, Ádam, que tiene 11 meses, al que no conoce y sólo lo ha visto en fotos.

Harrak manifiesta sentirse contento y satisfecho por el resultado final y «decepcionado con el trabajo de la policía, que me han endosado que soy un yihadista y todo lo que ha supuesto eso» y se siente enfadado porque «después no se han disculpado ni reconocido el error».

Ha transitado por las prisiones de Algeciras, Palma, Zaragoza y Madrid y explica que lo peor es estar lejos de la familia «me he perdido el nacimiento de mi hijo, estar en aislamiento este año y medio ha sido bastante duro y el trato en la cárcel, sobre todo en la prisión de Zaragoza, ha sido horrible, psicológicamente muy malo».

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Sobre lo que le ha ayudado a seguir adelante indica que «tenía claro que yo no era ningún terrorista y el apoyo de la familia es lo que mas me ha ayudado ha mantenerme fuerte».

En relación al ofrecimiento de un pacto de cinco años que rechazo explica que «como voy a firmar y reconocer algo que no he hecho, lo tenía claro aunque me hubiesen condenado a 20 años y hubiese luchado y recurrido era mejor que aceptar algo que no había hecho».

Explica que ha perdido todo lo que tenía antes de la detención: «Ahora tengo que volver a empezar de cero, buscar otro trabajo, volver a concienciar a la gente, porque aunque me hayan absuelto la gente por las redes sociales sigue dudando, no entiende lo ocurrido».

Sobre como se siente ahora concluye que «me siento contento por un lado por recuperar la libertad y por otro cabreado por lo que me han hecho, me arrepiento de haber colaborado con el CNI».