La imagen de Cladera entregando los Presupuestos a la entonces presidenta del Parlament se tomó la mañana del 31 de octubre de 2016. Por la tarde, en una reunión interna de Podemos, Huertas se opuso a aprobar las cuentas, lo que le costó el cargo. | Joan Torres

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El Presupuesto del Govern para el año que viene suma 793 millones más que el de este año en recaudación tributaria, lo que representa un aumento del 24 por ciento si se comparan los 3.273 millones que el Govern prevé ingresar este año y los 4.066 que calcula para el año que viene, según figura en el techo de gasto.

Pero a pesar de este espectacular aumento, fruto de la mejora económica de la Comunitat, el departamento de Catalina Cladera no podrá gastar todo ese dinero de más: tendrá más ingresos que nunca pero no tendrá la posibilidad legal de gastárselo todo. La culpa la tiene el sistema de financiación y las normas de estabilidad presupuestaria aprobadas por el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro.

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Por la primera de estas vías, el sistema de financiación, se irán 927 millones de euros en concepto de solidaridad con otras regiones cuando el año pasado fueron 821. Son 106 millones de euros que se deberán detraer de sus ingresos fiscales, a los que además se suma el pago de diversos fondos estatales que en total llegan a los 311 millones. Por la segunda vía de agua fiscal, la que marca la ley de estabilidad presupuestaria, el Govern perderá 235 millones de euros que no podrá gastar ya que deberá destinarlos a pagar una parte de los más de 5.000 millones que debe a Cristóbal Montoro en concepto de FLA.

En cualquier caso, esos 4.066 millones de recaudación fiscal suponen un récord absoluto que evidencia la fortaleza de la economía de Baleares. Los dos impuestos que se suelen tomar como referencia para medir la salud financiera del Govern son el IVA y el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales: el primero de ellos crecerá un 28 por ciento y el segundo, un 24 por ciento.

Con el reparto de ingresos ya cerrado y aprobado por el Parlament, el Govern negocia ahora cómo repartir el gasto. Las fuentes consultadas por el Ejecutivo señalan que hay un primer acuerdo, no cerrado aún del todo, entre las conselleries del PSIB y de MÉS. Ese primer acuerdo, sobre el que aún existen diferencias, puede quedar en papel mojado en función de la actitud con la que Podemos acuda a negociar las cuentas.