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El ex director general de Deportes José Luis «Pepote» Ballester ha atribuido este lunes al expresidente del Govern Jaume Matas la instrucción para contratar tanto al primer arquitecto del velódromo Palma Arena como a los dos que finalizaron la construcción, en el juicio por esos contratos ante la Audiencia.

Matas ha asumido ante el tribunal de la sección primera de la Audiencia de Palma «la decisión política» de construir el velódromo del Palma Arena pero se ha desvinculado de la tramitación y desarrollo del proyecto, que ha atribuido a la Conselleria de Presidencia, «apoyada por todo el equipo de gobierno que es mucho y variado».

En su declaración como acusado ante el tribunal que le juzga por la contratación de los arquitectos de la instalación deportiva, Matas ha negado que fuera él quien contrató al alemán Ralph Schürmann, a quien no conocía, y ha atribuido la decisión al también acusado Ballester, tras la recomendación de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y asesorado por funcionarios.

Por su parte Ballester ha explicado que después de que Palma fuera designada sede del Mundial de Ciclismo en Pista (en octubre de 2004), la recomendación de la UCI y tras una reunión en la sede de la presidencia del Govern en la que el arquitecto presentó un proyecto, Matas «dio la instrucción de que se contratara al señor Schürmann».

La Fiscalía y la Abogacía de la comunidad autónoma de Baleares piden 4 años de prisión para Matas por presuntos fraude a la administración y prevaricación en concurso con falsedad. Para Ballester solicitan penas que suman 6 meses de prisión (sustituibles por multa de 1.080 euros) por los mismos delitos al tener en cuenta la circunstancia atenuante de colaboración con la Justicia.

Ballester ha recalcado que sin el beneplácito de Matas, «no se hubiera contratado» al arquitecto y ha detallado que los honorarios los fijó el propio Schürmann, porque el Govern no tenía otra opción.

Sobre los otros dos arquitectos que fueron contratados, los García Ruiz, Matas sí que ha admitido que fue él quien designó «por su prestigio» a los hermanos para que colaborasen con Schürmann y ha reconocido que tenía amistad con la esposa de uno de ellos. Ha detallado que era necesario contar con profesionales que conocieran la legislación local y estuvieran colegiados en España.

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Según Matas, que posteriormente continuaran ellos la obra fue resultado de «un problema irresoluble» con el primer arquitecto, que no estaba cumpliendo los plazos para llegar a celebrar el mundial.

Matas ha defendido la tramitación de la construcción del velódromo: «Ningún consejero, ningún funcionario, ninguna autoridad, ninguna auditoría, ningún informe de Intervención a mí me dijo nunca que en este proceso hubiera algo que fuera ilegal», ha subrayado en el juicio.

«Yo tomo la decisión política de ayudar al Ayuntamiento de Palma a hacer esto porque creo que es necesario», ha afirmado. «Cuando tomamos la decisión política, son los órganos administrativos los que evalúan la forma de hacer estos proyectos», ha precisado.

Ante la pregunta de la abogada de la comunidad autónoma, María Ángeles Berrocal, acerca de la procedencia de la orden de contratar a los García Ruiz, Ballester ha respondido: «Del señor Matas, lo han dicho hasta los García Ruiz». Ha precisado que esa orden no se la transmitió a él.

Ballester ha negado que él tuviera nada que ver y ha detallado que cuando fue informado al respecto ya se daba por hecha esa contratación. «A mi nunca me dijeron nada, nunca me preguntaron», ha recalcado y ha insistido en que la instrucción procedía de Matas: «Él ser encargó de que los contrataran».

Ha detallado que tanto Schürmann como los García Ruiz coincidieron trabajando en el velódromo a finales de 2004, cuando ninguno de ellos tenía contrato.

La vista oral que ha comenzado hoy es el cuarto juicio que afronta Matas como acusado en el marco de la macrocausa conocida como Palma Arena, tras los celebrados por la contratación irregular de un periodista que le escribía los discursos, por la contratación de su esposa en un hotel y por el llamado caso Nóos.

El juicio continuará mañana con la comparecencia de testigos a partir de las 9.30 horas.