Los propietarios rehabilitaron esta vivienda heredada en Alcúdia y desde hace unos años la alquilan.

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La vivienda unifamiliar que la protagonista de esta noticia, que prefiere mantenerse en el anonimato, y sus hermanos heredaron en el casco antiguo de Alcúdia se convirtió en el punto de reencuentro familiar en vacaciones, pero el resto del año la casa estaba vacía. La mayoría de los hermanos viven fuera de la Isla, así que decidieron probar con el alquiler vacacional y, a través de las plataformas de alquiler, lograron «acceder a un mercado al que era más complejo llegar hace unos años».

Realizaron una inversión colectiva importante en la vivienda, al tratarse de una casa antigua, y al llegar la crisis, y en su caso particular, el ingreso del alquiler vacacional «fue clave, nos ha permitido seguir adelante. Yo estoy sin trabajo ahora. En nuestro caso no es un extra», comparte.

«Hay gente que podría preguntarse: ¿Y por qué no el alquiler de larga duración? Nosotros queríamos poder seguir disfrutando de la vivienda. Nuestra decisión giraba entre la disyuntiva de mantenerla cerrada deteriorándose o venderla. Así que el alquiler turístico se ha convertido en la única y mejor solución para rehabilitarla, mejorarla, generar ingresos familiares y un beneficio para el entorno».

Con la entrada en vigor en 2016 de la ecotasa, «de la que estoy totalmente a favor, fue cuando nos empezamos a mover, nos informamos y presentamos la declaración responsable de inicio de actividad de comercialización de estancias turísticas en viviendas». La vivienda cuenta con licencia de alquiler, aunque «estamos pendientes de las inspecciones, como otras 50.000 plazas».

Esta propietaria está a favor de que se traten de alcanzar unos parámetros de calidad, pero «no estoy de acuerdo en que traten el alquiler vacacional como si fuera una actividad perjudicial. ¿Cómo es posible que el alquiler turístico se haya convertido en el responsable de todos los males? Es todo desproporcionado e incierto, se ha convertido en la cabeza de turco de un problema que es más global y multifactorial. Hay gente que busca este tipo de alojamiento. El mercado está cambiando y tienen que aceptarlo», se queja.

Avalancha de licencias

Las semanas previas a la entrada en vigor de la nueva normativa que regula el alquiler turístico, se produjo una avalancha de solicitudes de licencias para viviendas unifamiliares. Ella conoce algunos casos: «Es gente que no tiene hoy por hoy intención de alquilar, pero ha solicitado la licencia por si acaso. Sobre todo, por si una vez establecida la zonificación no pueden optar a ello». «El nerviosismo es brutal», sentencia.