Imagen del 'correbou' de Fornalutx. | M. À. Cañellas

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El Parlament balear ha dado este martes el visto bueno al avance de la tramitación de la proposición de ley que prevé regular las corridas de toros en Baleares, que prohíbe la muerte del animal durante el espectáculo y el maltrato de cualquier tipo, pero no evita festejos como el «correbou» de Fornalutx.

El pleno del Parlament ha aprobado la toma en consideración de esta iniciativa, propuesta por el PSOE, MÉS per Mallorca, MÉS per Menorca y Podemos, que se espere esté aprobada en forma de ley en julio, con el voto a favor de estos grupos (32), la oposición de PP y Ciudadanos (22) y la abstención del PI (3).

Según han defendido los grupos políticos defensores, esta ley se adapta a la normativa estatal y se enmarca en las competencias de la comunidad en el marco del Estatuto de Autonomía de Baleares.

La iniciativa respeta la sentencia del Tribunal Constitucional que impide la prohibición en España de las corridas de toros por ser la tauromaquia patrimonio cultural común, pero permite a las comunidades autónomas ejercer sus competencias en materia de bienestar animal y regular las corridas.

Esta regulación permitirá las corridas en las islas, con un máximo de tres toros que no podrán ser ni heridos con las banderillas, ni ajusticiados con la espada, en una faena que durará un máximo de diez minutos, con controles «antidoping» para animales y toreros.

La ley sí permitirá el «correbou» de Fornalutx, aunque establece que el toro tampoco podrá ser maltratado durante la fiesta, ni matado al finalizar el espectáculo, al tiempo que un veterinario deberá certificar que el animal ha sido tratado correctamente.

La ley velará para que en ningún espectáculo se maltrate ni se mate a los animales y, en el caso de las corridas de toros, se prohíbe la presencia de caballos, se eleva de 16 a 18 años la edad para presenciarlas, y se prohíbe la venta y consumo de alcohol en las plazas.

Además, prohíbe las novilladas y establece que los toros de lidia, tras ser transportados desde la Península, descansen 48 horas antes del espectáculo.

«Los únicos utensilios» que se podrán emplear en la lidia serán el capote y la muleta y no se podrá usar ningún objeto punzante. Las plazas de toros deberán disponer de enfermería con una superficie mínima de 14 metros cuadrados y área de intervención quirúrgica.

La ley también recoge sanciones leves, cuyo coste asciende de 300 a 1.000 euros, graves, hasta 10.000 euros, y muy graves, hasta 100.000 euros.

En el debate el diputado del PP Miquel Jerez ha criticado que esta ley «impone seguros impagables, entre otras extravagancias», y «no contenta a nadie».

El diputado popular ha dicho que los partidos que defienden la ley «pretenden hacer de la cultura taurina una cosa inviable, la quieren mutilar y lo hacen en un fraude de ley».

«Ustedes se creen que tienen el derecho divino de decir qué es cultura y qué no, y cuál es la buena y la que no», ha recalcado.

El portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos, Xavier Pericay, ha criticado el retraso en el trámite de esta ley, debido a los problemas constitucionales y de competencia en las propuestas iniciales.

Ha restado importancia a esta regulación de las corridas de toros, ya que la afición en Baleares es «menguante». «¿Por qué no dejan que se extinga solita, sería un buen negocio porque así, al menos, los presentes podríamos dedicarnos a legislar sobre lo que realmente importa a la gente», ha precisado Pericay.

La diputada del PI Antonia Sureda ha justificado la abstención de su grupo en la «coherencia» y porque presentará enmiendas para mejorar la ley, mientras ha criticado la falta de diálogo de los partidos de izquierda.

La diputada de MÉS per Mallorca Margalida Capellà ha defendido la base jurídica de esta iniciativa, la potestad de la comunidad para la regulación de las corridas, como ya lo hacen Andalucía o Aragón. «Por qué no puede haber unos toros a la balear?», ha indicado.

«La tauromaquia o se adapta al siglo XXI o se debe acabar», ha enfatizado Capellà, que ha indicado que esta ley pretende disminuir el sufrimiento de los animales y el «de las personas que ven las corridas de toros o que no lo ven pero saben lo que ocurre en estas plazas».

La diputada econacionalista ha concluido su intervención mostrando un vídeo en su móvil, en el que se escuchaban los gemidos de sufrimiento de un toro durante una corrida.

Por su parte, el diputado de Podemos Carlos Saura ha defendido que esta ley pretende «dejar atrás los tiempos de la barbarie». «No queremos que los toros estén abandonados a su suerte, la sociedad avanza y el PP se queda detrás», ha manifestado.

Por su parte el diputado socialista Damià Borràs se ha referido al encierro de Fornalutx que, ha dicho, forma parte de la tradición mallorquina pero tiene que evolucionar para mantenerse como tal.

La diputada de MÉS per Menorca Patricia Font ha calificado de interesante que el debate sobre las corridas de toros salga a debate entre la opinión pública y ha hecho la pregunta de si se debe llamar expresión cultural algo que se basa en la tortura de un animal.