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El Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea), instituto mixto entre la UIB y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha desarrollado junto a la NASA una herramienta para estudiar los cambios regionales en el nivel del mar.

Desde la UIB explican que el equipo de investigación, en el que ha participado la doctora Marta Marcos del Imedea y profesora del Departamento de Física de esta universidad busca detectar los cambios en el nivel del mar a lo largo de las regiones costeras oceánicas de los Estados Unidos (EEUU).

Por ello, han comparado los registros de temperatura de las capas superiores oceánicas en aguas costeras de los EEUU recogidos por la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) con los registros de los cambios en el nivel del mar desde 1955 hasta 2012 y las datos altimétricos de satélites americanos y europeos en misiones desde 1992.

De esta manera, los investigadores han identificado los cambios en el nivel del mar que han tenido un gran impacto a escala regional en varias localizaciones, incluyendo ciudades muy pobladas.

Así, han determinado que el nivel del mar en la costa este y oeste de EEUU puede aumentar y descender entre 2,5 y cinco centímetros en el curso de una o dos décadas debido a las fluctuaciones en la temperatura de las capas superiores de los océanos.

En concreto, su método ha permitido explicar aproximadamente el 70 por ciento de la variabilidad del nivel del mar en la costa oeste, aproximadamente el 80 por ciento en la costa este y cerca del 45 por ciento en la costa del Golfo de México.

La investigadora de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y del Laboratorio de Propulsión por Jet de la NASA en Pasadena, Veronica Nieves, es la autora principal del artículo en el que se recoge la colaboración entre el Imedea y la NASA, y explica que su estudio «muestra que los cambios de temperatura de las capas superiores del océano a largo plazo proporcionan una buena manera para distinguir las señales de los cambios naturales del océano en una década de las señales de calentamiento global a largo plazo».

«Esto es importante para la planificación regional, porque permite que los gestores y planificadores puedan identificar los lugares donde el cambio climático domina el incremento del nivel del mar y los lugares donde las señales del cambio climático están escondidos por la variabilidad a corto plazo causada por los ciclos naturales del clima oceánico», asegura.

Por su parte, la investigadora del Imedea Marta Marcos apunta que los resultados del estudio «indican que es posible identificar las zonas costeras más vulnerables a las variaciones del mar, e incluso hacerlo con antelación».

Además, ha explicado que «el estudio se centra en las costas de EEUU pero se puede extrapolar a otras regiones del planeta. La ventaja de esta metodología radica en su simplicidad, porque se basa en las observaciones de la temperatura del océano».