Juan Pablo Escobar relató muchas vivencias de su infancia. | Teresa Ayuga

TW
2

Sin duda, la conferencia más esperada en la VII edición del congreso ‘Lo que de verdad importa’ celebrado en Trui Teatre fue la de Juan Pablo Escobar. El hijo de uno de los narcotraficantes más famosos de la historia, Pablo Escobar, no ha tenido una vida fácil. Desde los siete años tuvo que vivir «como un bandido» porque su familia tenía que huir de la justicia y del resto de cárteles que ponían precio a la cabeza de toda la familia.

El colombiano, que se dedica a la arquitectura y al diseño industrial, aseguró que «nunca renegaré de mi padre, yo siento por él un amor incondicional no negociable», aunque apuntó que «el apellido no tiene importancia, yo me reinventé, nunca quise ser un Pablo Escobar 2.0».

Noticias relacionadas

La charla estuvo llena de confesiones y anécdotas sobre la vida de su padre. Juan Pablo contaba que «mi padre salió de una zona rural y era muy pobre. Siempre nos decía que teníamos que agradecer todo lo que teníamos y que él no lo tuvo».

Escobar guarda un bonito recuerdo de su padre: «Todos los valores que no tenía con los de fuera, los tenía en casa. Sus amigos bandidos me decían que lo que habían aprendido de él es lo buen papá que era conmigo».

Aun así, muchas veces tenía que ausentarse al ser un prófugo. Juan Pablo enseñó un gran número de fotos familiares mientras comentaba que «en muchas de estas imágenes mi padre sólo estuvo para la foto. Se perdió muchos momentos de la vida familiar por ser un hombre tan buscado, como el nacimiento de mi hermana o mi primera comunión. Hubiera cambiado todo el dinero del mundo por estar con mi padre».