Un cofrade de San Miguel Arcángel, con capirote negro y la túnica verde, junto al paso de la cofradía. | Joan Torres

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Por mucho que se repita año tras año, la imagen de la Plaça de Sant Francesc a rebosar de pasos procesionales el sonido del primer redoble de tambor a las 7 de la tarde sigue emocionando a los cientos de ciudadanos que ayer se acercaron de nuevo hasta el centro antiguo de Palma para presenciar la procesión del Divendres Sant, la segunda más importante de la Semana Santa por detrás de la del Crist de la Sang.

La salida fue puntual, con los primeros cofrades en dirección a Cort, pero la procesión fue larga y con más cortes de los esperados. A las 12 de la noche, la imagen del Cristo yacente aún no había llegado a su destino, a la iglesia del Socors, donde se representa el Sant Enterrament. Este paso procesional, uno de los que produce más silencio a su paso, salió de Sant Francesc pasadas las 10 de la noche por lo que los cofrades tardaron más dos horas en recorrer el trayecto desde Sant Francesc a la calle Socors pasando por Cort, la Plaça del Mercadal y Travessa d’en Ballester en dirección a la iglesia, sin pasar por la Porta de Sant Antoni, como era habitual hasta el año pasado.

Los participantes
El presidente de la Associació de Confraries, Miguel Llabata, miembro de La Cinco Llagas, explicó que la presencia de penitentes había bajado sensiblemente con respecto a la procesión de Dijous Sant, de forma que se calcula ayer procesionaron cerca de 2.500 cofrades.

Lo hicieron en representación de alguna de las 33 cofradías que participan en la procesión –todas las de Palma–, que portaban 39 pasos. Dos de ellos desfilaron por primera vez en una procesión de Divendres Sant, aunque también lo habían hecho el día anterior. Se trata del paso del Prendiment, de la cofradía de Sant Jeroni, y el de la Condena de Poncio Pilatos, de la cofradía de San Miguel Arcángel.

Recorrido lleno
Mucho público escoltó a la procesión en todo el recorrido, con especial presencia al principio del trayecto. Las plazas de Santa Eulàlia, Cort y la calle Colom estaban repletas de ciudadanos que aplaudieron los pasos más espectaculares, que son los de las vírgenes portadas a costal: la de las Angustias, la de la Salut y la de Esperança. La salida de este paso de la iglesia de Sant Francesc, donde tiene su sede, fue otro momento de emoción entre el público.

La dificultad que entraña desfilar estos pasos suele ser la causa de que se produzcan cortes en la procesión entre unos pasos y otros, pero el recorrido de ayer, sin cuestas hizo que apenas se presentara este problema.
Este es el tercer año consecutivo en el que el orden de la procesión atiende a criterios de antigüedad de las cofradías. Unido eso al hecho de que el paso de la Esperança aguardaba la salida en el interior de la iglesia favoreció que no se viera el ‘baile’ entre los dos pasos de vírgenes más antiguas: la de la Esperança y la de la Salut.

La organización de las cofradías había pedido a sus miembros que eviten los ‘bailes’ de las vírgenes en el recorrido ya que lo consideran muy poco apropiado para un día de duelo.
La representación del Sant Enterrament, en el Socors, es el momento más solemne de la procesión, cuando la imagen de Jesús es extraída de la urna en la que desfila por las calles de Palma para entrar en brazos en la iglesia del Socors. Este fue el momento esencial de la procesión de ayer, por lo que numeroso público aguantó tanto en el exterior como en el interior de la iglesia para poder presenciarlo.

Gran belleza
La procesión del Divendres Sant discurre por el corazón del casco antiguo de Palma, lo que ofrece escenas de gran belleza ya que desde que sale de Colom y hasta su final en la Socors desfila por calles estrechas que invitan al recogimiento.

Además del gran número de palmesanos que se acercan a la procesión, la excelente temperatura de la noche de ayer hizo que muchos turistas también disfrutaran del espectáculo desde algunas de las terrazas de bares y restaurantes situadas en el recorrido.