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Las direcciones regionales del PP en Baleares, Comunidad Valenciana, Cataluña y Navarra han suscrito este sábado un manifiesto para luchar contra el «peligro de los populismos», en el que se comprometen a ofrecer al PSOE y a los «partidos moderados» un acuerdo para desvincularse de las corrientes populistas.

El documento ha sido suscrito en Pamplona por el presidente de la gestora del PP en Navarra, Pablo Zalba, quien ha actuado como anfitrión, y sus homólogos de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, y Baleares, Miquel Vidal, así como por la portavoz adjunta del PP en el Parlamento de Cataluña, Esperanza García, quien ha firmado en nombre del coordinador general del PPC, Xavier García Albiol.

El texto insta a luchar contra los populismos porque «explotan el dolor y el miedo de los ciudadanos», han tenido «consecuencias devastadoras» en los países en los que ha alcanzado el gobierno y su metodología consiste en «buscar un culpable a quien responsabilizar de los problemas y extender el rencor y el dolor social a través de pancartas y barricadas».

Añade que aparecen cuando «desaparecen las certezas sociales», utilizan «el circo y el teatrillo para desplazar al diálogo, la reflexión o la responsabilidad», instan a la «lucha de clases» y ponen «la democracia por encima de las leyes, que son despreciadas en vez de ser consideradas un principio básico para proteger las libertades».

Entre las razones para hacerles frente citan que no creen en el proyecto europeo, se erigen como «portavoces del pueblo y de la verdad absoluta» y «no dan crédito a los votos emitidos dentro de un sistema democrático».

Ante esa «amenaza» se comprometen a fortalecerse para que posibles crisis no afecten de la misma intensidad que la última, vencer la incertidumbre que genera el desafío de la globalización, generar más empleo y de más calidad, luchar contra las desigualdades, proteger a las mujeres que sufren violencia de género y dar certidumbre a los padres sobre la educación de sus hijos.

Igualmente subrayan su compromiso con la lucha contra el terrorismo, la defensa de España y la Constitución, la consolidación en Europa y en el mundo y la creación de una sociedad «libre, justa y solidaria».

Previamente, cada uno de ellos, todos en la oposición, se ha referido a la situación de sus respectivas comunidades con unos partidos «populistas» que, según han coincidido, dicen lo que la gente quiere escuchar para atraer votos, pero luego no hacen nada de eso. Frente a eso se han presentado como «la alternativa», un reto en el que deben tener «no solo cabeza, sino también corazón».

«En Navarra a populismos no nos gana nadie», ha afirmado Zalba, quien ha opinado que esa es la mayor amenaza para la recuperación económica y la cohesión social, tras lo que ha tendido la mano al PSOE y a los partidos moderados para que «suelten lastre y se pongan a trabajar de modo efectivo».

Por su parte, Vidal ha cuestionado los pactos de gobierno «raros, populistas», en los que quienes gobiernan lo que hacen es «cuidar su silla» y «pelearse entre ellos» y como ejemplo ha citado que en el Parlament balear, donde Podemos obtuvo diez representantes, ya ha perdido dos, entre ellas la presidenta de la Cámara.

En Cataluña no ha hecho falta que llegara la crisis económica para que crecieran los populismos, porque ya los tenían, son los nacionalismos, según García, quien ha reconocido que los populismos levantan pasiones y ante eso el PP tiene la responsabilidad de comunicar que no solo es un partido «serio», que «gobierna y gestiona bien», sino que «empatiza y conecta con la ciudadanía».

Bonig, quien ha valorado que el PP está asumiendo errores, pidiendo perdón y exigiendo ejemplaridad, ha opinado que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero fue el «germen de la semilla del populismo barato y demagógico que hoy sufrimos» y ha sido muy crítica con el Gobierno valenciano, especialmente con la vicepresidenta Mónica Oltra, a quienes ha dicho que «al Gobierno no se viene a llorar, se viene llorado, se viene a trabajar».