Invitación de José Ramón Bauzá a periodistas.

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Lo tiene más crudo que Rambo en un convento. Pero José Ramon Bauzá no se rinde. Ha invitado para este viernes a un grupo periodistas a un «desayuno de Navidad» en el Bar Marítimo de Palma a las 9,30 horas. Sigue actuando con las ínfulas de un candidato a la presidencia del PP Balear aunque cada vez esté más solo. En la última reunión que organizó con miembros del PP-Palma llamó al mismísimo José María Rodríguez, que anda actualmente metido en follones judiciales. «Vengo porque me ha llamado», afirmó Rodríguez nada más llegar al encuentro, que por lo demás fue gris y desangelado.

Bauzá «se niega a reconocer que padece el síndrome de Robinson Crusoe», se comenta en la sede central del partido. «No acierta a comprender que su hora fue el ayer». Como se sabe, el expresident va diciendo por ahí que «he aprendido mucho como senador en Madrid y pienso girar página del pasado. Hemos de mirar hacia el futuro, rectificar errores y pensar en nuevos proyectos». Pero fueron tan grandes los follones que armó (desde persecuciones y purgas de compañeros hasta guerra gratuita abierta con maestros y profesores) que dentro del PP son muy pocos los que le creen. Bauzá ha entrado en el terreno del juego de espejos. Mire donde mire, sólo se ve a él mismo.

Hace poco intentó una OPA para atraerse hacia sí a los grupos de Jaume Martínez y de Hablan las Bases. Volvió a darse de bruces con la realidad. No se fían de él. Es más, de cara al próximo congreso del PP-Balear se está gestando, poco a poco, un pacto entre Biel Company y Jaume Martínez, lo cual acaba de dejar del todo fuera de juego a Bauzá.

Hay curiosidad (más bien morbo) por saber qué dirá en el desayuno navideño de este viernes. «¿Por dónde nos saldrá esa vez? Se admiten apuestas», comentan desde el PP. Bauzá tiene que ir con cuidado, porque como se pase un par de pueblos podría recibir un «aviso» de Madrid para que no arme follones internos.

A Bauzá le cuesta entonar el canto del cisne. No se resigna a pasar como un personaje inadvertido en la próxima cita congresual. Pero ni un antiguo rodriguismo cada vez más desorientado, ni los sectores más madrileñistas de Calvià se atreven a jugar su carta porque le ven caballo no ya perdedor, sino que podría quedarse clavado en la salida por falta de bridas, silla y jinete.

En todo caso, muchos piensan que este viernes no ha citado a periodistas para cantar un villancico vestido de Papa Nöel. «Algo presentable y lógico tendrá que decirles». Aunque sea un acto de contrición sobre su polémico, controvertido y traumático pasado político.