Xelo Huertas. | Jaume Morey

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Este miércoles por la mañana tiene lugar en el Parlament la tradicional copa de Navidad que el presidente de la institución ofrece a los periodistas. Desde siempre se trataba de un acto protocolario y entrañable. Este año hay morbo a chorros. Xelo se ha enrocado y no piensa dejar la presidencia pese a las presiones de su grupo, Podemos, que cuenta con el apoyo de los partidos de la izquierda. ¿Qué discurso hará este miércoles Xelo? Es una incógnita, pero se da por seguro que no tiene ninguna intención de irse y piensa plantar batalla hasta el último momento.

Es más, tiene en marcha a un abogado de Madrid especialista en demandas. Todo apunta a un procedimiento en defensa de su honor por el cual podría pedir cerca de cien mil euros de indemnización a los podemitas que, según ella, han lesionado su dignidad: Jarabo, Camargo y Echenique. Xelo guarda silencio sepulcral, pero hay infinidad de comentarios entre abogados expertos en la materia. No hay ningún procedimiento investigación judicial en contra de Huertas por el asunto de la renovación del convenio al científico Daniel Bachiller, pero en el expediente en base al cual la expulsan de Podemos se apuntan supuestas acciones irregulares que, según los expertos, no tienen base jurídica desde una perspectiva penal.

El caso sigue muy liado. Algunos expresidentes del Parlament licenciados en Derecho dudan seriamente que Huertas pueda ser destituida de la presidencia y degradada a diputada rasa en virtud de la propia normativa de la Cámara, donde se espefica que la pérdida de la condición de presidente se produce, entre otros supuestos, cuando «deja de pertenecer a su Grupo Parlamentario». Este precepto fue tipificado para evitar casos de transfuguismo, es decir, pasarse a otro grupo subvirtiendo la voluntad popular. El caso de Xelo es el contrario. Es expulsada por los suyos, lo cual supondría «una interpretación errónea de esta norma antitransfuguista» , piensan, por ejemplo, los expresidentes de la Cámara Cristòfol Soler y Joan Huguet. Xelo se ha mantenido en su puesto y votado con los suyos. «No hay motivos para que abandone el puesto».

Ahora habrá que ver si se produce un dictamen de los letrados del Parlament. Hay curiosidad por saber cómo podría justificarse que deje de ser presidenta. Joan Huguet explica que «también sería muy conveniente que se pronunciase el Consell Consultiu porque la cuestión es jurídicamente muy compleja».

En este contexto, Xelo brinda este miércoles con los periodistas. Hay mucho interés por escuchar lo que pueda decir y, lo que es más importante, lo que pueda insinuar... Nadie descarta que este asunto acabe en querella por calumnias.