Pere Joan Pons y Sofía Hernanz. | Redacción Digital

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Pere Joan Pons y Sofía Hernanz están convencidos de que serán sancionados al haber mantenido su «no» a Rajoy en el pleno de investidura. También, por los indicios que tienen, creen «la sanción económica será de 600 euros. Hasta aquí todo es asumible. Pero lo peor vendrá luego, será fruto de una «remodelación» del Grupo Parlamentario del Congreso, con los cual perderán los cargos que actualmente tienen o que estaban a punto de ocupar.

Así, es muy posible que Pere Joan Pons deje de ostentar la portavocía de la Comisión de asuntos europeos. Supone una relativa pérdida de categoría y ganar menos dinero. Pero en el caso de Pons se trata de un castigo menor comparado con otras diputadas como Margarita Robles y Zaida Cantera. La primera preside la Comisión de Justicia, con derecho a un despacho mayor, asistente y «perderá un buen pico de su sueldo». La excomandante Cantera también verá mermado el papel que ocupa en la Comisión de Defensa. El caso de Margarita Robles «es más hiriente» porque es magistrada del Tribunal Supremo.

La remodelación que prepara el Grupo Socialista es posible que también tenga efectos «humillantes» ya que se removerán los lugares que ocupan los diputados y los del «no» piensan que serán relegados al «gallinero» de la Cámara.

Mientras, el debate de fondo es la celebración del congreso socialista. Miembros de la actual gestora ya han dicho que será el julio. Pero fuentes del PSIB explican que «si creen que el próximo verano la gente se habrá olvidado de todo lo que ha pasado, están muy equivocados».

El temor ahora es «que en el conjunto de España nos podemos quedar clavados en un partido que saca alrededor del 15 por ciento de los votos. Ya no seremos una formación de masas. Esta es la clave de lo que va a pasar». Mientras, parece que se ha establecido una tregua dentro del partido. Pedro Sánchez se fue a Estados Unidos a vivir la jornada electoral y los que recogen firmas a favor de un congreso extraordinario han ralentizado su iniciativa. Las diferentes partes necesitan una tregua «que no será muy larga».

De momento, hay quince diputados socialistas,siete de ellos catalanes y otros dos baleares, esperando un castigo por parte de sus compañeros.