Los seis acusados por interrumpir una misa en la parroquia de Sant Miquel, en el banquillo. | Jaume Morey

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Cinco de los seis jóvenes que irrumpieron en febrero de 2014 en la iglesia de Sant Miquel de Palma para defender el derecho al aborto han asegurado que ni tenían conocimiento previo de que en ese «local religioso» se celebraba una misa ni se dieron cuenta de que interrumpían una ceremonia.

El juicio contra las feministas acusadas de irrumpir en la iglesia de Sant Miquel ha comenzado este jueves en la Audiencia Provincial de Palma. Se enfrentan a una posible condena de entre 1,5 y 4 años de prisión por un delito contra la libertad religiosa.

Los seis acusados por interrumpir una misa en la parroquia de Sant Miquel en febrero de 2014 plantearon este miércoles un acuerdo al Obispado, que éste rechazó al considerarlo insuficiente ya que no reconoce ninguna culpa.

Una de las acusadas por un delito contra la libertad y los sentimientos religiosos ha asegurado que ella no participó en la protesta en el templo palmesano, una versión que han corroborado los otros encausados, quienes solo han respondido a las preguntas de su abogado y del tribunal.

En declaraciones muy similares, las tres mujeres y los dos hombres que han admitido que entraron a mediodía en la iglesia han descrito su acción como una protesta pacífica contra la propuesta de reforma de la Ley del Aborto conocida como «ley Gallardón», han dicho que no recordaban ningún detalle relevante porque fue muy rápido y fueron expulsados con violencia.

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Pese a que algunos han lamentado las molestias que causaron, han admitido que entraron en la iglesia gritando «Aborto libre y gratuito» y «Fuera los rosarios de nuestros ovarios» y que desplegaron una pancarta sin ser conscientes de que podían vulnerar el derecho al culto de los fieles.

Una de las acusadas ha explicado que el escenario de la protesta, que fue grabada en vídeo y difundida por los proabortistas, fue decidido de forma espontánea poco antes de llevarla a cabo y que también se evaluó la idea de irrumpir en la catedral por ser «la iglesia más grande de Palma».

Los encausados han hecho hincapié en que la protesta se produjo en un momento determinado, cuando estaba a punto de ser aprobada la reforma de la Ley del Aborto, y «en todo el país se estaban haciendo reivindicaciones».

Según han abundado, la Iglesia estaba teniendo «un papel de injerencia bastante fuerte en la aprobación de la Ley», por lo que la protesta «era una forma de visibilizar» este hecho.

Tal y como ha señalado Laura D., una vez dentro de la iglesia «nos dimos cuenta del malestar de la gente» y «nos retiramos lo más pronto posible». La acusada ha subrayado que en todo momento la protesta fue «pacífica». También en este sentido, Alvaro H. ha asegurado que «en ningún momento respondimos de forma agresiva, violenta ni con insultos».

Antes del inicio del juicio, se ha llevado a cabo una concentración de apoyo a las feministas encausadas, en la que han participado diferentes miembros de Som Palma: el regidor d'Igualtat, Aligi Molina; la regidora de Funció Pública, Aurora Jhardi y el conseller de Participació Ciutadana i Presidencia del Consell de Mallorca, Jesús Jurado.