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Los baleares se encuentran entre los españoles que menos pagan al heredar por el impuesto de Sucesiones y Donaciones, según la Asociación Profesional de Expertos Contables y Tributarios de España (AECE) que celebra mañana una jornada formativa en Palma para analizar este tributo y su liquidación.

Este impuesto, en Baleares, gracias a la aplicación de reducciones sobre la base imponible así como al tipo impositivo más bajo de todas las comunidades propicia una considerable rebaja fiscal, ha informado la entidad en un comunicado.

El Impuesto de Sucesiones y Donaciones es un gravamen que se encuentra en crisis por su baja recaudación y porque, según AECE incluso podría ser inconstitucional por la diferencia en el trato impositivo basada en la residencia y no en la capacidad de ingreso, ya que sus resultados podrían considerarse «confiscatorios» por algunas comunidades autónomas.

Esta diferencia entre ciudadanos por razón del territorio donde resida se produce al estar el impuesto sobre sucesiones entre las figuras impositivas cedidas a las comunidades.

En la jornada de formación de mañana, para expertos contables y tributarios de Baleares, se tratará de determinar la necesidad de hacer testamento para planificar la tributación así como para evitar futuros problemas personales y familiares entre los herederos por el reparto de bienes.

La jornada será impartida por el economista y abogado Ángel López Atanes, especialista en la materia.

Según AECE, en Baleares para un hijo de 30 años que herede de su padre la cantidad de 800.000 euros, de los cuales 200.000 correspondan a la vivienda habitual, se pagarían en la actualidad 5.950 euros, muy por debajo de los 164.049,35 euros que se pagarían en Andalucía o de los 162.618,96 que tributaría un asturiano.

Sin embargo, la cifra se sitúa por encima de los 1.586,04 euros que pagaría un madrileño; según los datos proporcionados por el informe «Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2016» de Cinco Días.

El presidente de AECE en Baleares, José Gosálves, ha explicado que la fiscalidad balear en el impuesto sobre sucesiones establece una reducción del 100 % de la vivienda habitual con el límite de 180.000 euros y una reducción por parentesco de 25.000 euros, pero «lo más significativo sería el 1 % a aplicar sobre la base liquidable, frente al 31,75% fijado en Andalucía».