Miembros de la junta directiva de Nuevo Futuro y voluntarias, en el tradicional mercadillo para recaudar fondos. | Julián Aguirre

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La falta de apoyo institucional ha puesto punto y final a a una de las organizaciones solidarias con más historia de la Isla. Desde el mes de junio, Nuevo Futuro, una entidad sin ánimo de lucro de ámbito nacional, ha dejado de operar oficialmente en Mallorca, después de 20 años de intenso trabajo.

Su centro de día para niños, ubicado en el Casc Antic de Palma, se clausuró ya a finales de febrero y los 15 usuarios con los que contaba en ese momento fueron trasladados a otros espacios con la misma función en Ciutat.

«Seguir abiertos era una locura económica total. Llevábamos acumulados 50.000 euros de déficit desde 2014», confiesa Carmen Fuster, presidenta de la asociación, que ha optado por echar el cierre ante la pasividad del Ajuntament de Palma con la situación que atravesaba la entidad.

El centro de prevención de día de Nuevo Futuro estaba dirigido a menores en riesgo de exclusión social, como un espacio donde poder estudiar después del colegio, aprender informática y relacionarse. Para lograr estos objetivos, contaban con un equipo formado por tres educadores, una pedagoga, una directora del proyecto y una secretaria a media jornada.