Imágenes de la presentación de la nueva asamblea 'Sa Feixina Sí que tomba'. | M. À. Cañellas

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Una treintena de asociaciones vecinales, sindicatos y partidos políticos han creado la asamblea 'Sa Feixina Sí que tomba' para impulsar el derribo del monolito, alzado por el régimen franquista en honor a las víctimas del Crucero Baleares, un buque de guerra hundido por las tropas republicanas durante la Guerra Civil.

En una presentación pública celebrada este lunes, el portavoz adjunto de la asamblea, Josep Bronet, ha asegurado que esta organización «impulsará, por la senda democrática, la desaparición en nuestras calles de este claro ejemplo de exaltación fascista», ante la «lentitud y reciente paralización» en el proceso de derribo del monolito.

Bronet también ha asegurado que «una situación como ésta es desconocida en los países democráticos de nuestro entorno» porque estos han mantenido «los espacios de represión como centros de memoria», en alusión a los campos de exterminio nazis, y también «han retirado de las calles todos los elementos arquitectónicos de exaltación fascista».

Además, considera que «para conocer esta etapa funesta de nuestra historia reciente podemos recorrer museos, bibliotecas y aulas escolares sin necesidad de convivir con la simbología que un régimen criminal y antidemocrático puso en nuestras calles para perpetuarse» y que «es una vergüenza mantener un monumento que exalta ideas antidemocráticas».

Por último, ha añadido que «es evidente que el daño provocado por 40 años de dictadura es todavía notable» y que «contamos con una izquierda que cuando gobierna lo hace acomplejada y con una derecha que no tiene ningún inconveniente en defender la simbología franquista».

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A FAVOR DEL DERRIBO

La asamblea ha dado diversos motivos a favor del derribo de Sa Feixina, como que «todos los informes serios niegan cualquier valor arquitectónico», que fue inaugurado por Francisco Franco «en persona», que «a día de hoy aparecen banderas falangistas en los actos de sus defensores» y que el articulo 15 de la Ley de Memoria Histórica determina «la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura».

En este sentido, un miembro de Memòria de Mallorca, Dolors Marín, ha asegurado que «el crucero Baleares bombardeó sistemáticamente a toda la población civil de la Península Ibérica, desde Málaga hasta Cataluña, la cual huía hacia el norte» y que el monolito «es un insulto y una ofensa para los familiares de todas las personas que aún están en los cementerios clandestinos de esta isla».

UN SUPERVIVIENTE DEL BALEARES

La presentación pública de la asamblea ha contado con la presencia de Paco Ferrer, un superviviente del Crucero Baleares, que en 1936 perdió a su padre, a su madre y a su suegro por los bombardeos del buque.

Ferrer, cuyos familiares continúan enterrados en el camino de Málaga a Almería, asegura que «es cierto que hubo muertos en el crucero Baleares, pero a todos ellos los trajeron y los entregaron a sus familias y los que están en las cunetas todavía también tienen familias a las que les gustaría saber donde está su gente», ha apuntado.