Biel Company junto a Pere Rotger y Margalida Durán. | Jaume Morey

TW
4
Tras la caída de José María Rodríguez, el PP-Balear avanza hacia su congreso regional con la intención de conseguir una lista integradora y de consenso en torno a la presidencia de Biel Company. Esta semana ha sido clave. Y la buena sintonía quedó explicitada en la reunión que mantuvieron el miércoles el propio Company y Marga Durán, flamante presidenta de la gestora de Palma. Los nombres del equipo de Duran fueron consensuados con Company. Hay personas próximas a Maria Salom, otros de la estricta confianza de Marga, otros de Francesc Fiol e incluso un par de rodriguistas «poco folloneros».
El entendimiento entre Company y Durán, que cuenta con el total apoyo del presidente Miquel Vidal, intenta ser el inicio de una nueva era de los populares para superar «tiempos pasados, en que el partido parecía una olla de grillos o una confrontación de intereses. Ahora de lo que se trata es de que todos rememos en la misma dirección».
El rodriguismo está vivo y permanece encastillado en la gran mayoría de los 15 distritos de Palma. Los más leales a José María mantienen presidencias de barriada muy importantes, por ejemplo Sandra Fernández en s'Horta o Paco Frau en la Plaza de los Toros y...suma y sigue. La nueva gestora no lo tendrá fácil. Pero la fuerza de Marga Durán es que tiene a su lado a Vidal, a Company, a Fiol y a la calle Génova, mientras que el rodriguismo es ahora mismo un pollo sin cabeza.
La impresión de la cúpula del partido es que los veteranos y avezados militantes rodriguistas comprenderán que han llegado los nuevos tiempos y se irán sumando poco a poco a la corriente integradora. «Siempre quedarán un puñado de recalcitrantes que ponen su fe en Rodríguez por encima de su devoción al partido. Pero al final se impondrá la lógica. Todos necesitamos una época de paz interna porque nuestro adversario es la izquierda», afirman fuentes de la cúpula.
El trabajo ahora de la gestora de Durán es intentar poner en marcha una dinámica convergente de todas las sensibilidades que desemboque el próximo invierno en un congreso de Palma que no se convierta en «otra y estéril batalla interna. Retirado Rodríguez, ya no tiene sentido». Y aunque puertas afuera le defiendan, en la cúpula existe la convicción de que también Álvaro Gijón está para el arrastre. «En los próximos meses la izquierda lo va a poner verde. Es muy complicado que consiga resistir tanto acoso».
En el PP Balear trabajan con la idea de que el congreso regional se celebre a final de año. Confían en que Rajoy podrá finalmente formar Gobierno y salir airoso del congreso nacional. Pero hasta que este panorama no se haya aclarado, Biel Company no dará el paso de anunciar su candidatura de consenso a la presidencia regional. Aunque ya se da «por hecho». Company repite una y otra vez la misma palabra: «prudencia».
El que está muy feliz es Miquel Vidal. «Ha cumplido casi todos los objetivos que se había propuesto al hacerse cargo de la presidencia tras el hundimiento de José Ramón Bauzá. Puede lograr un partido unido y muy apegado a la realidad balear». Sin embargo, también se dice que «aún le quedan un par de trabajitos pendientes por hacer antes de dejar la cúpula». Tras la defenestración de Andreu Ferrer (que este viernes ya recogía papeles de la sede para irse a su casa), todo indica que el próximo objetivo de Vidal es Antoni Deudero, presidente del Comité de Derechos y Garantías. Vidal quiere quitárselo de encima con el apoyo de Madrid. «Las sanciones vengativas a Aina Aguiló tras su pelea con Andréu Ferrer en la cena de Navidad del partido han colmado el vaso de la paciencia de Vidal», se asegura en la sede. Un presidente de Comité de Garantías tiene que estar a las órdenes del presidente, sobre todo a la hora de castigar, «y Deudero no lo hizo. Se creyó que el comité era su chiringuito».
Tras el rasurado en seco a Ferrer, algunos compañeros ya han insinuado a Deudero que ponga sus barbas a remojar. Le resultará más suave.