Teresa Palmer. | Joan Torres

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En estas elecciones generales los tordos vuelan bajos en Mallorca. Las teóricas demostraciones de masas quedan reservadas a actos como el de este jueves en el Parc de Sa Riera con la presencia de Pablo Iglesias y su plana mayor. Pero el otrora todo poderoso bipartidismo, que se repartió los escaños de convocatoria en convocatoria desde 1977 a 2011, anda ahora a la defensiva en la suprema hora de captar votos. El PP espera a Mariano Rajoy para el día 22, pero de momento no tienen preparada ninguna macroconcentración. Recuerdan como el diciembre pasado apenas acudieron 400 personas a escucharle en el Parc de la Mar. Y ahora, encima, «se nos viene encima un calor de miedo», afirma el director de la campaña popular , Joan Jaume Mulet

Por su parte, el PSIB espera para los próximos días a Margarita Robles y a Ángel Gabilondo, dos veteranos pesos pesados socialistas a los que se da mucho protagonismo, pero tampoco hay llamadas a las concentraciones de masas. Si se mira con perspectiva, los tiempos han dado un vuelco espectacular. En las primeras elecciones generales de la democracia, en junio de 1977, Felipe González abarrotó, hasta hacerla pequeña, la plaza de toros de Palma. Fueron a escucharle más de 20.000 personas en una ciudad sensiblemente menos habitada que la actual. Ahora, los socialistas se conforman con hacer «encuentros sectoriales» con grupos de jubilados, o de pequeños empresarios, o sindicalistas...La campaña electoral se ha jivarizado, a la espera de que la legión de cadenas televisivas muevan a los electores.

Para el PP ir de bar en bar o de local social en local social de cada pueblo ya es un hecho. Se impone el pitufeo electoral. No hay otra. Joan Jaume, que le echa toneladas de horas a su tarea, afirma que «hay que ser realistas. La gente tiene hartazgo de actos electorales». Joan Jaume quita hierro al hecho de que su partido le haya nombrado asesor del Grupo Parlamentario Popular del Consell, coincidiendo con que haya pasado a asumir la dirección de la campaña. «Gano unos 1.200 euros mensuales y, encima, me tengo que pagar yo el aparcamiento. No creo que sea ninguna exageración ni ninguna bicoca».

En realidad, tanto PP como PSIB confían en que las televisiones arrastrarán a los votantes. Fuentes del PSIB petidas en campaña afirman que «se hace incluso difícil poder transmitir las iniciativas emprendidas y los logros alcanzados por Francina Armengol durante el último año. Vemos que no se votará en clave local, sino por los mensajes que llegan de los grandes debates montados en Madrid».

En el PP hay muchos deshinchados. En el primer acto de pegada de carteles se vio a José Ramón Bauzá y a gente muy próxima a él, como el presidente del Comité de Conflictos, Antoni Deudero. Pero los cazavotos de otras contiendas, comenzando por el aparato rodriguista, no aparecen ni dan empuje a la candidata Teresa Palmer. Tampoco hay ambiente entre el grueso de los regionalistas. «Pero el PP está vivo. Hace unos días se celebró un acto social de Mujeres por la Igualdad en el Urban Club del Polígono de Son Valentí. Fue muchísima gente y muy animada, porque allí no se hacía campaña sino que era una entrega de premios. Eso contrasta con los actos electorales, que se celebran en familia y desprenden tristeza. En el PP se ha tomado muy buena nota de esta contradicción», afirman fuentes de este partido.

El sentimiento de alicaimiento se haya apoderado del otrora omnímodo bipartidismo. Y las encuestas más fiables ponen nervioso a más de uno en ambas formaciones. Para el Congreso se habla de un resultado ya prácticamente consolidado: 3 diputados para Units Podem Més, 3 para el PP, uno para el PSIB y el restante para Ciudadanos. Los podemitas crecen. En el Senado por Mallorca puede haber vuelco con Units-Podem-Més como primera fuerza. Si es así, le arrebata uno de sus senadores, o Miquel Miquel Ramis o Catalina Riera.

En ambientes podemitas impera la euforia aunque «algunos llaman a la calma, ya que el excesivo optimismo es contraproducente y llama también a votar en contra». Con la boca pequeña y casi como un susurro, miembros de Podemos afirman que «en el conjunto de España algún sondeo ya le da 173 diputados a la suma de nuestra formación y la del PSOE, con nosotros bastante por delante de los socialistas».

Sin embargo, este dato ha ido perdiendo relevancia conforme al desarrollo de la campaña ya que ahora mismo parece imposible que el PSOE haga presidente a Pablo Iglesias. En todo caso, el cabeza de lista del PSIB al Congreso, Pere Joan Pons, se cansa de decir que jamás votará como presidente del Gobierno al candidato del PP.