Francina Armengol junto a Pedro Sánchez. | Emilio Naranjo - EFE - EFE

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Buen marrón le ha caído encima a Francina Armengol y a su PSIB. Nada más celebradas las elecciones generales del 20-D y analizados a fondo los resultados, Francina y su cúpula directiva le aconsejaron a Sánchez que reeditase para la gobernabilidad del Estado un pacto a la balear o a la valenciana. No fue posible. Susana Díaz no quiso. Les dijo que nada se podía pactar con independentistas catalanes a parte de que miraba de soslayo a Podemos. Encima, el anticatalanismo primario de Díaz logró los apoyos de los socialistas manchegos y extremeños. La suerte estaba echada. Sánchez se metió en un fandango con Ciudadanos y puede hacer pagar muy caras las consecuencias a su partido.

Este lunes había muchos nervios en el seno del PSIB. Las encuestas publicadas el domingo en no pocos medios de comunicación eran escalofriantes para ellos. Casi todas dan por el hecho el sorpasso. Podemos les supera hasta con cinco puntos de diferencia cuando hace unos pocos meses Pablo Iglesias se ofreció a Sánchez para ser su vicepresidente. El vuelco experimentado en las últimas semanas ha sido vertiginoso. «¿Y ahora qué hacemos?», se preguntaban el luneas muchos socialistas baleares, con cara de circunstancias.

No es ya que el sorpasso supondrá para ellos un golpe durísimo, es que encima puede provocar la dimisión de Sánchez, el hombre que tenía los votos para ser presidente y le faltó talla de estadista para dar el paso de pactar con catalanes, vascos y podemitas. «Vaya show dentro de tres semanas nos tenemos que dedicar a buscar un nuevo secretario general que decida con quién pactaremos», se comentaba este lunes con pena en círculos socialistas.

Y mira que Francina ya le advirtió a Pedro, ya le dijo que si dejaba escapar la oportunidad los efectos podían ser tremebundos. Pero Sánchez tuvo miedo a Felipe González y, sobre todo, a la gatita de Chávez y Griñán. Le faltó grandeza y capacidad de liderazgo.

¿Y que hará ahora el PSIB? Lo único posible; encastillarse, mantener a los suyos y hacer una buena campaña capaz de movilizar al electorado socialista balear. Luchar para mantener el sembrado. Hacen currar mucho a su número uno al Congreso Pere Joan Pons. Le filman con payeses, con artistas, con deportistas...Harán correr las grabaciones por todos los circuitos posibles y, sobre todo, se preparan para desarrollar una abierta defensa de los intereses isleños: desde el Régimen Especial a la mejora de la financiación. Harán un discurso muy insularista y de proximidad a la gente, a sabiendas de que no tienen ni la más pajolera idea de qué pasará con Sánchez. Eso sí, le ayudarán todo lo que puedan. Pero para ellos el objetivo fundamental es salvarle la cara al PSIB articulando un discurso y enhebrando unos mensajes superiores a los de Podemos.

Porque el PSOE se ha metido, él solito, en un marronazo. Tenían un presidente hace medio año y ahora, según encuestas, pueden aspirar a lo sumo a un vicepresidente.