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Federico Rubio ha explicado este miércoles ante el tribunal que juzga el caso Nóos que hizo las declaraciones de la renta de la Familia Real, incluida la infanta Cristina, y también durante cuatro ejercicios la de Iñaki Urdangarin, por amistad con el rey emérito don Juan Carlos, pero ha indicado que no tuvo relación con el Instituto Nóos y nunca revisó las cuentas de la empresa Aizoon.

En su declaración como testigo ante el tribunal, en la cuadragésima séptima jornada del juicio del caso Nóos, Rubio ha detallado que elaboró la declaración de IRPF de la infanta Cristina desde principios de los 90 hasta el año 2010 y la de Iñaki Urdangarin desde 1997 hasta el año 2001, y dejó de hacerlo por petición de ellos.

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Ese período no incluye la etapa en la que el marido de la infanta presidió el Instituto Nóos. En el juicio de Nóos, Urdangarin está acusado de presunto delito fiscal en el IRPF de 2007 y 2008 por unos 337.140 euros, y Manos Limpias acusa también a la Infanta como presunta cooperadora en ambos delitos.

Sin remuneración
Rubio, que es adjunto a la Dirección General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda, ha explicado que por su puesto en la administración no tiene «facultad ni obligación» de hacer la declaración fiscal de ningún contribuyente, pero hacía las de los miembros de la Familia Real por amistad y tradición, una función que nunca fue remunerada.

«Es una ayuda por amistad y por relación, como puedo hacer a una amiga de mi hijo o al portero. No es una labor de nada específica de obligación de nada, no tengo ninguna obligación, es un compromiso personal mío que reconozco que me honra poderlo hacer», ha declarado ante el tribunal.