Agentes del CNP y el Dispositivo de Intervención Rápida del PAC Escola Graduada que se desplazó a Son Gotleu para asistir a la familia del detenido. | Alejandro Sepúlveda

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La detención de Mohammad Harrak continuaba siendo este miércoles uno de los temas de conversación en Son Gotleu, especialmente entre los residentes de la calle Santa Florentina. Mohammad Harrak vivía en un primer piso del número 53 de la calle santa Florentina junto a sus padres, dos hermanas –una de ellas embarazada y otra menor de edad–, y un hermano. La policía registró a fondo el piso pero no lo precintó y la familia continúa viviendo allí. Los agentes les recomendaron que no saliesen de la casa si no era necesario ante el riesgo de que los pudiesen insultar o incluso agredir por la calle, a pesar de que ellos no tienen ningún tipo de vinculación con la actividad que llevaba su hijo.

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La familia de Mohammad quedó en shock después de que la policía irrumpiera en su casa a primera hora del martes y lo detuviera por su vinculación con el terrorismo yihadista. Según la policía, el arrestado se dedicaba a adoctrinar y reclutar a través de las redes sociales a jóvenes para convencerlos que fuesen a combatir con los yihadistas.

Los familiares de Mohammad hicieron caso a la policía y estuvieron en su domicilio, sin que los vecinos los molestaran.
Sin embargo, algunos miembros de la familia pasaron la noche en vela y otros se encontraban mal, por lo que a media mañana llamaron al 061, les explicaron su situación y pidieron asistencia médica. Desde el servicio de salud se movilizó a un equipo médico hasta el domicilio de Son Gotleu para asistir a la familia. No obstante, cuando el médico, la enfermera y la conductora llegaron al domicilio y vieron que se trataba del piso del presunto yihadista, pidieron que les acompañara la policía por precaución. Los familiares de Mohammad recibieron asistencia y después el equipo médico se marchó del lugar con normalidad.