Aina Aguiló.

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Antoni Deudero, presidente del Comité de Derechos y Garantías del PP, podría haber hecho un papelón descomunal al imponerle diez meses de suspensión de militancia a la exdiputada Aina Aguiló por la pelea que tuvo con el secretario general, el joven e irascible Andreu Ferrer, en la pasada cena de Navidad del partido.

Aina ha presentado al presidente nacional del Comité de Garantías en Madrid un pliego de descargos donde denuncia una ristra de irregularidades en el expediente Deudero. El escrito afirma que Aguiló «no tuvo conocimiento del pliego de cargos que pudiera haber redactado el instructor del expediente; no se pudo hacer ninguna declaración; no se pudieron aportar documentos; no se pudieron aportar testimonios». También indica que «la información que se facilitó era a todas luces insuficiente para poder formular una adecuada defensa de sus intereses».

El escrito de Aina explica que no fue informada de cuál era la propuesta de sanción formulada. Por tanto señala que «es una clara y flagrante violación de los principios constitucionales que deben regir en cualquier procedimiento sancionador».

Aguiló destaca en el pliego que instructor no cumplió con su deber de «intentar el acercamiento conciliatorio entre las partes». Destaca también que «no hay fundamentos de derecho ni ninguna referencia legislativa en el pliego de cargos», ya que se basa en cuestiones aparecidas en los medios de comunicación y en las redes sociales. Otro punto de la defensa de Aina es que no hubo práctica de las prueba propuestas «para poder demostrar su inocencia». Así, «nada hemos sabido de la instrucción, nada hemos podido aportar, ningún testigo, ninguna documentación, ni hemos podido declarar nada ante el instructor».

Aguiló destaca que la discusión con Ferrer «fue privada y no pública». Luego se enteró por la prensa de que se había filtrado esta discusión y la apertura de expediente. Para Aina «es especialmente grave que el secretario general insulte a una afiliada y a las mujeres de forma genérica». Así, según Aguiló, Andreu Ferrer le dijo a ella: «Sinvergüenza» y «putas mujeres».

Tal y como están las cosas, Deudero podría llevarse un buen chasco como presidente del Comité regional de Garantías si Madrid le quita la razón y rebaja la sanción de manera importante o simplemente la anula. Si fuese así, no tendría otro remedio que presentar la dimisión. Como es sabido, el presidente del partido, Miquel Vidal, está muy quemado con Deudero porque se ha creído que el Comité de Garantías es su chiringuito privado. Pero esta vez se le podría atragantar la sangría, por mucho que tenga detrás a José Ramón Bauzá, al que les gusta más un expediente sancionador que un plato de turrón en Nochebuena.