José Ramón Bauzá. | Sergio Barrenechea - EFE - EFE

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Ya no hay dudas en el PP. Bauzá no sólo está enrabietado con los regionalistas, que son centristas por naturaleza, después de que forzasen su dimisión tras la derrota autonómica del año pasado, sino que está jugando fuerte para reorganizar el ala derecha del partido, los antiguos delgadistas. Eso es lo que más duele. Bauzá fue impulsado a la presidencia por el regionalismo. Rosa Estaràs le señaló como su sucesor en presencia de Pere Rotger. Ganó el congreso de 2010 con el apoyo regionalista, batiendo a Delgado y su derechona. Pero una vez en el poder, José Ramón se dedicó a afeitar en seco a los suyos con regusto sádico y se pasó al otro bando.

Los regionalistas creen que se portaron como caballeros con él. Lograron que se marchase, pero luego le pusieron un puente de plata para que fuese senador autonómico. Creyeron que así abandonaría la primera línea. «Fuimos unos ingenuos. Es un Pepito Vendettas», comentan ahora con amargura algunos regionalistas. A Bauzá le han visto el plumero con el asunto de Marga Morey, esposa del líder regionalista Biel Company, unos tuits naïfs, pero indignados contra José Ramón, escritos por una mujer que no es militante del PP. Marga se olió hace tiempo quien movía los hilos contra su marido y largó la coña. «Eso fue todo».

Pero los posteriores movimientos a estos tuits han destapado el relleno del pastel. En la cúpula del PP han descubierto (tienen WhatsApp que lo demuestran) que Alejandro Sanz, alias el cantante, secretario parlamentario de Bauzá, es la mano que mece la cuna para que los tuits de Marga llegasen a medios de comunicación. No es que con este asunto se hayan encendido las alarmas, «no hay para tanto, ni mucho menos», pero sí «ya sabemos en qué sitio está cada uno, Y quién se ha retratado».

Todos recomiendan a Company que guarde silencio. «Bauzá y su grupo buscan pincharte. No caigas en la trampa. Sigue adelante con tu proyecto regionalista y no te preocupes por picotazos de avispa vengativa que buscan hacerte saltar de tus casillas. Si conservas la flema, se tragarán su propio veneno», le recomiendan sus partidarios.

Los intentos de Bauzá se centrarían en abrirle expediente a Company por los tuits de Marga. El de Marratxí está muy próximo a Antoni Deudero, presidente del Comité de Derechos y Garantías, que es la teórica pieza clave...siempre que cuente con el apoyo del presidente Miquel Vidal. Pero Deudero y sus amigos de Hablan las Bases carecen de este apoyo.

Es más, a poco que Madrid le dé poderes a Vidal para hacer algunos «retoques» en los órganos del partido es más que probable que se cepille a Deudero, que ya ha ejercido de torero tremendista con Aina Aguiló cuando el Comité que preside ha de ser un modelo de lealtad a la cúpula, de ponderación y de reducir los conflictos a su justa medida y no de convertirlos en sartenes ardiendo, tal y como ha pasado por algunos inofensivos mensajitos-chafardeo a través de la Red. «Deudero nos ha salido un justiciero de película de John Wayne, de estas que dan por IB3», comentan en el PP.

Este lunes Company se reunió con Miquel Vidal y con el presidente de Mallorca, Jeroni Salom para hablar del asunto de Marga. Quedó claro que no habrá expediente y se estableció un acuerdo de no agresión antes del congreso del partido. Vidal es hombre de paz y así quiere dejar el PP cuando otro tome el relevo al frente de la presidencia.

El problema lo tiene Jeroni Salom, un binissalemer de los pies a la cabeza, que se ha dado cuenta de que su corazón es regionalista y que ideológicamente no comulga con la derechona de los antiguos delgadistas ahora próximos a Bauzá. Salom está agradecido a José Ramón porque le llevó a la presidencia de Mallorca, pero ahora comprende que no puede meterse en camisa de once varas por este motivo. Salom intuye que la derechona le metió en una trampa cuando calentaban las orejas para abrir expediente a Company.

Aparte están los rodriguistas. Son un batallón muy disciplinado a las órdenes de un José María doctor honoris causa en jugar a dos barajas (más otras dos en cada bocamanga). Por un lado no quieren romper con los regionalistas, ya que saben que tendrán que pactar con ellos cuotas de poder tras el próximo proceso congresual. Pero mientras les quieren lo más débiles que sea posible. Y por ello disfrutan como niños con un Scalextric nuevo al ver como el vengativo Bauzá y su tropa se lanzan al cuello de Company. Saben que José Ramón enseña el plumero y que acabará como un pollo en la cazuela, pero ya les va bien que ahora ejerza de guerrillero. Máxima rodriguista: «Cuanto más débil es mi futuro aliado y amigo, más fuerte seré yo a la hora de la verdad».