Pilar Costa. | Marco Torres

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Francina vio claro que para salir de la crisis en la que la había metido la trifulca pueril de Més en Transparència i Cultura tenía que ampliar su propio campo de juego. Comprendió que necesitaba un 'cuadrilátero' en vez de su anterior tridente. Y ya lo tiene con la entrada de Pilar Costa en el Govern. La estructura de poder socialista, con la presidenta justo en el centro, se basa en cuatro vectores: Cati Cladera (un valor cada vez más en alza), Yago Negueruela (treintañero que representa el ímpetu de la renovación), Marc Pons (en el muy técnico y amplio departamento de Territori) y, sobre todo, el carro de combate ibicenco Pilar Costa, que desde Presidència se va a convertir en la práctica en la comisaría general del Ejecutivo Balear, Queda un quinto socialista de peso, el senior Martí March, titular de Educació. Pero su capacidad intelectual y personal «es tan gran grande» que seguirá desarrollando su función a su manera, fiel a su estilo, pero, si él quiere, al margen del ring donde se maquinarán los ritmos del Govern y se establecerán estrategias conjuntas con la tropa de la coalición Més. March ya tiene una tarea ingente manteniendo calmado el mundo educativo. Lo mismo puede de Patricia Gómez en Salut.

Pilar Costa también es un gran refuerzo para Francina dentro del Consell de Govern, capaz de imponer criterios y de poner orden donde se intuyan disensiones, sobre todo si son subjetivismos incomprensibles, como a veces pasa dentro de Més con sus malentendidos endémicos entre mallorquines y menorquines y sus pactos internos inescrutables que acaban por afectar a departamentos del Govern.

Armengol animará y exprimirá al máximo a sus dos corceles Cladera y Negueruela, consciente de que «le van a dar un gran resultado». Además, la Conselleria d'Hisenda (con Cladera al frente) adquiere cada vez más importancia en la batalla que se avecina para lograr una financiación justa para Balears, reivindicación que lleva camino de convertirse en la principal batalla de esta legislatura.

Aparte Francina tiene ante sí otra asignatura pendiente. Es clave: relanzar el PSIB. Los socialistas caen en el mismo error siempre que gobiernan. Se centran en los despachos oficiales y dejan de lado al partido. Luego lo pagan cuando llegan las urnas. Nunca han conseguido repetir en el Govern cuando han alcanzado el poder. Tampoco han sabido potenciar el partido y las juventudes cuando tienen el poder. Es una paradoja, pero que se repite una y otra vez.

«Esta vez no ocurrirá lo mismo», aseguran fuentes del Consolat. Cuando acabe el proceso de negociación en Madrid para formar Gobierno y «pase lo que pase», llegarán los procesos congresuales autonómicos e insulares. Aquí entra en liza la designación de un nuevo secretario general para Mallorca. Todo indica que Francina mira hacia el Consell para designar al sustituto de Silvia Cano, que ya ha cumplido su ciclo. Suenan varios nombres, comenzando por Francesc Miralles y Cosme Bonet.

De momento «se ha resuelto bien la crisis» con la instauración del cuadrilátero. Ahora «hay que transmitir esta sensación a la sociedad». Y un punto importante: ven a Més confuso y a Podemos jugando demasiado a la contra. Intuyen que les llega otra oportunidad para fortalecerse dentro de la correlación de fuerzas del conjunto de la izquierda para potenciar su posición de primera fuerza.