El líder de Podemos Pablo Iglesias. | FERNANDO VILLAR

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Los socialistas baleares permanecen en guardia sobre los pactos que se están fraguando en Madrid, conscientes que de ello depende la estrategia del partido y la estabilidad del pacto de izquierdas en el Archipiélago. Esta semana han recibido un jarro de agua fría con la dimisión de Sergio Pascual en Madrid, mano derecha de Iñigo Errejón. De hecho, Pascual estuvo en Palma hace pocas semanas, habló con los socialistas y personas afines y éstos extrajeron la conclusión de que el apoyo externo de Podemos a un gobierno Sánchez-Rivera era «un hecho» ya que «iba a cumplirse el objetivo fundamental: echar a Rajoy y mandar el PP a la oposición».

Pero tras el impacto que ha supuesto la caída de Pascual, las aguas están volviendo a su cauce. En el PSIB calculan que «las presiones internas que está suportando Pablo Iglesias para que acepte el pacto de centro-izquierda son muy grandes. No puede puede perder el apoyo del sector de Errejón ni mucho menos presentarse a unas elecciones generales en junio en estas condiciones. Si tiene crisis interna tiene que ganar tiempo y la mejor manera de conseguirlo es permitir que se forme un nuevo Gobierno con Sánchez a la cabeza».

En todo caso, el factor que hace pensar al PSIB que la formación del nuevo Ejecutivo va hacia adelante «es que no hemos recibido ni la más mínima instrucción de ir preparándonos, por si acaso, para unas nuevas elecciones generales. Si en Madrid la situación estuviese tan deteriorada como algunos dicen la dirección ya nos habría mandado alguna señal de ir preparándonos, Pero no es así», afirman estas fuentes.

Entre los socialistas hay preocupación porque Podemos ha puesto infinidad de pegas y problemas al proyecto de ecotasa. En parte lo interpretan como fruto del debate interno podemita en Balears, incluyendo Eivissa, pero también en parte intuyen que algunas zancadillas han sido fruto de las réplicas de los movimientos sísmicos de los madriles en la falta de entendimiento entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. Saben que la actitud de Podemos en el Archipiélago tiende a evitar que la gestión del dinero de la ecotasa quede solamente en manos de los que les pueden disputar espacio electoral en las próximas autonómicas. Pero también saben que los podemitas baleares acatarán la decisión de Pablo Iglesias y eso repercutirá en la situación interna isleña. Caso de que en Madrid no haya acuerdo y sí nuevas elecciones, temen incluso que el actual Govern Balear entre en fase crítica e incluso de muy difícil gobernabilidad. Necesitan el pacto de Gobierno en Madrid.

De todas formas, se da por seguro que en Madrid será una legislatura muy corta, de unos dos años. El tiempo suficiente para hacer saltar una crisis sin precedentes en el seno del PP a causa de los escándalos de corrupción, la caída de Rajoy y la formación de una correlación de fuerzas muy diferente a partir del 2018.

Sin embargo, la calle Ferraz es muy precavida a la hora de suministrar información a sus compañeros de la periferia. Las negociaciones las llevan Pedro Sánchez y un núcleo muy reducido de dirigentes socialistas. En este contexto, se espera que el pacto definitivo con Iglesias se demore prácticamente durante todo el mes de abril «y sólo muy al final se hará público. Pero los indicios apuntan en esta dirección. Estamos todos a la espera».