Sandra Espeja durante una de sus intervenciones. | Jaume Morey

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El pleno del Consell de Mallorca aprobó este jueves con el apoyo de todos los grupos la congelación de la tasa general de residuos sólidos, es decir la del recibo de la incineradora que se paga anualmente. Sin embargo, con la oposición del PP, PI y Ciudadanos, acordó un incremento para las tasas por el tratamiento de residuos cárnicos, la de los mataderos, y la del tratamiento de fangos de depuradora, que se carga en el canon de saneamiento, un impuesto autonómico.

La consellera de Medi Ambient, Sandra Espeja (Podemos) , recordó que la congelación de la tarifa, igual que el fin de la incineración, era un compromiso del acuerdo de gobernabilidad. El pleno aprobó la revocación definitiva del plan director de la gestión de residuos que permitía la incineración y la consellera Espeja anunció que el nuevo plan se aprobará en el marco de un amplio proceso participativo.

La oposición no da mucho crédito a este compromiso. De hecho, nada más iniciarse el pleno, criticó a la consellera por decir que los compromisos del gobernabilidad, los que hicieron posible el gobierno tripartito insular, no eran negociables.