Pablo Iglesias. | Juan Carlos Hidalgo

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El PSOE vive una coyuntura de angustia interna por las presiones a que es sometido para que permita que Mariano Rajoy sea investido presidente del Gobierno. Incluso en la tradicional fiesta de l'Estendard de Palma se habló más por lo bajini de los pactos en Madrid que de la entrañable celebración. Hasta el hecho de que dos concejales socialistas lucieran cinta con la bandera española fue objeto de interpretaciones. «Estos dos son de Susana Díaz», se comentó con sorna.

La realidad es que dirigentes socialistas mallorquines, en convergencia con otros de Madrid, del País Vasco o incluso de Catalunya, afirman que «es muy grande la presión que estamos soportando nosotros para que Pedro Sánchez no aspire a formar Gobierno». Esta acción mediática no tiene contrapeso. No hay presión sobre Podemos desde ámbitos de la izquierda ideológica para que pacte con el PSOE. En estas circunstancias, «los podemitas van a su aire, piensan que saldrían beneficiados con unas nuevas elecciones que les ofrece el PP y abandonan a su suerte a Pedro Sánchez» mientras la derecha sociológica y mediática «monta discrepancias internas nuestras con Susana Díaz a la cabeza y empuja al PSOE a un nuevo congreso para cambiar el liderazgo. La izquierda en su conjunto ha obtenido más votos que la derecha, pero ésta maneja la situación y conduce la sartén al lado que más le conviene».

La dirección del PSIB apoya a Pedro Sánchez. Francina Armengol aboga por «un pacto a la balear en Madrid», pero los socialistas isleños, que tienen experiencia de acuerdos desde los años noventa, afirman que «sin presión sobre Pere Sampol y el PSM no habría sido posible el pacto que llevó a Antich a la presidencia en 1999. Aquella presión surtió efecto y ello supuso que Matas no pudo gobernar 11 años seguidos. ¿Cómo sería el Archipiélago ahora con once años de matismo en el poder?». De la misma manera, Podemos se vio presionada el pasado mayo para que pactase con el PSIB y Més la presidencia para Armengol. De no ser así «¿alguien se imagina a Bauzá gobernando en la actualidad en minoría?».

Para los socialistas mallorquines «Susana Díaz no es tan adversaria de Pedro Sánchez como muchos creen. Ha llegado a la presidencia andaluza por circunstancias como el asunto de los ERE y la caída de Griñán. Susana tiene un perfil más de secretaria de organización que de consistencia estratégica de primera magnitud. El problema del PSOE no es Susana Díaz, sino que «no se respira presión sobre Podemos para que llegue a un pacto de izquierdas con nosotros. Pablo Iglesias se equivoca. Cree que crecerá mucho más en la oposición que en el Gobierno, cuando la experiencia nos demuestra que la oposición siempre desgasta mucho más que el poder».

Ante esta tesitura, los socialistas baleares están convencidos de que Pedro Sánchez únicamente dará el paso para ser presidente del Gobierno, «cuando la exigencia del compromiso planee sobre Pablo Iglesias y le fuerce a ello, entren o no entren en el Gobierno. De lo contrario, será imposible conseguirlo». Los socialistas están convencidos de que a Iglesias le interesa mucho más jivarizar al PSOE que gobernar con él o apoyarle. Le interesa que siga mandando Rajoy. «O esa dinámica cambia, o no hay nada que hacer, por mucho que infinidad de votantes de diferentes colores quieran un Gobierno de izquierdas».