Jero Mayans y Aina Aguiló. | Pere Bota

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Hay mar de fondo en Mujeres en Igualdad, el brazo de hierro femenino del PP. Puede haber boicot parcial en la asamblea que se celebra el próximo sábado en el Centre Cultural Sa Nostra. Los movimientos protagonizados por la exdiputada Aina Aguiló para encaramarse a la cúspide de la organización y salir en las fotos ha sacado de sus casillas a no pocas féminas regionalistas. Aguiló se ha distinguido en los últimos tiempos por su acentuado madrileñismo político, «superando incluso al propio José Ramon Bauzá». Las mujeres regionalistas, entre las que se encuentran muchas palmesanas admiradoras del exalcalde Mateu Isern, no comprenden «este ascenso a los cielos inesperado de Aina Aguiló, como si fuese la Purísima, una vez que la tropa de Bauzá va de capa caída después de su derrota electoral».

En todo caso, otras fuentes del PP destacan «la gran habilidad política de Aina. Sabe jugar con dos barajas, hacia la izquierda y hacia la derecha. Es una lianta de mucho cuidado». Aseguran que tiene una muy buena relación política con el exconseller y exteniente de alcalde Tito Fiol, a su vez próximo por amistad y afinidad con el icono regionalista Isern. Además, el marido de Aina Aguiló, el exconcejal de Palma Sebastià Barceló, también hace muy buenas migas con Fiol. Eso explica la vertiginosa proyección de Aina dentro de Mujeres en Igualdad.

Esta organización es hija del populismo de Gabriel Cañellas. Su primera presidenta fue Francisca Bennássar, persona de gran proximidad al fundador del PP-Balear. Cañellas la premió con una acta de eurodiputada. Bennássar es el prototipo de señora palmesana: equilibrada, de una pieza y que jamás traicionará a sus amigos.

Durante un corto espacio de tiempo, Bennássar fue sustituida por Isabel Borrego, actual secretaria de Estado de Turismo y aspirante a ser cabeza de lista en el Congreso en las próximas generales. Borrego también tiene raíces cañellistas. Ascendió en política de la mano de José Antonio Berastáin, secretario general del PP en los tiempos de oro de Gabriel. Isabel Borrego, entoces muy joven, sobrevivió a la purga contra Berastain que dirigió Jaume Matas en 1997 tras la caída de Cañellas por orden de Aznar.

Más tarde, Bennássar volvió a ocupar el cargo de Mujeres por la Igualdad. Pero Francisca lo dejó ya definitivamente y su sucesora fue Jero Mayans, la laboriosa militante de Son Sardina. «Todo lo que tiene Jero de currante lo tiene también de buena chica. Demasiado, tal vez». Esta organización siempre se ha distinguido por su total disciplina y apoyo del mando, es decir, a la cúpula del PP. Pero ahora la presencia milagrosa de Aina Aguiló en la cúspide hace temer a más de una que «pronto pueden comenzar las guerritas internas, la lucha por el poder primero entre nosotras y que luego podría trasladarse al partido. El temor es que los madrileñistas, a pesar de la gran derrota de mayo, vuelvan a alzar las banderas de combate para controlar el poder utilizando a Aina de áspid de efectos demoledores».

En todo caso, Aina Aguiló mantiene el apoyo de Fiol mientras que el beatificado Mateu Isern «tal vez sólo la ve como a una palomita inofensiva. Pero que no se fíe el exalcalde. Aina tiene una picada venenosa que puede dejar fuera de combate hasta al hondero de s'Hort del Rei». Por eso hay nervios en Mujeres por la Igualdad. Se teme que el disolvente está llegando a un grupo muy unido y que hasta hace poco era un remanso de paz. ¡Los seguidores de Bauzá se están reforzando!».