Biel Barceló conversando con Jaume Font. | ARCHIVO

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La traslación de la correlación de fuerzas catalana a Balears genera contradicciones «muy profundas». Més es la suma de PSM e Iniciativa, pero en Catalunya la situación es diferente. La Iniciativa del Principat se ha presentado unida a Podemos en Catalunya Sí que es Pot, formación que ha atacado con dureza a Junts pel Sí. Sin embargo, la gran mayoría del PSM y sus aliados de Esquerra Republicana simpatizan de forma indisimulada con el Junts pel Sí de Mas, Junqueras y Romeva. A su vez, el PI de Font, Melià y Pastor, próximos a Convergència Democràtica, también mira con simpatía a Junts pel Sí.

De esta manera, tanto PSM como PI ven más y más distanciamiento ideológico con el Podemos balear. Sus compañeros de Catalunya han impedido una mayoría absoluta independentista en votos por lo que, objetivamente, han beneficiado a las opciones madrileñistas más derechistas. Las idas y venidas de Pablo Iglesias a Catalunya para atacar a Mas de forma durísima también han acabado por apuntalar al PP y para disparar el voto de Ciudadanos.

Por su parte, el PSIB-PSOE calla y observa con preocupación. Un acuerdo de Pedro Sánchez con Albert Rivera para gobernar España, auspiciado por el poder económico, sería muy malo de digerir para los seguidores de Francina Armengol. Ciudadanos está cada vez más radicalizado en contra de la lengua propia de las Balears y más próximo al uniformismo castellanizante cuando una de las claves de la victoria electoral de la izquierda balear estuvo encabezada por la gran manifestación de las camisetas verdes contra la política lingüística de Bauzá.

El pulso catalán ha expandido serias dudas ideológicas en Balears. Muy grandes. Los socialistas isleños ven al madrileño Pedro Sánchez omnubilado por Rivera y Arrimadas sin que la calle Ferraz se pare a pensar «en la carga de profundidad reaccionaria que conlleva su ideología», afirma un socialista.

También algunos podemitas mallorquines, que aún conservan su romanticismo y utopismo de origen, muestran su decepción en privado: «Debimos apoyar a las CUP. Nos hemos convertido en un dique y no en un motor del avance del proceso catalán. Es un error estancar Catalunya para que Iglesias obtenga más votos en Valladolid. No es coherente».

Por su parte, ya hay pesemeros que apuestan por volver a las esencias nacionalistas. Catalunya lo ha trastocado todo, como tantas otras veces en su azarosa y combativa historia.