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La consellera de Salud, Patricia Gómez, ha insistido en que su marido, Juli Fuster, es la persona «idónea» para ocupar el cargo de director general del Servicio de Salud y ha recordado que los directores generales «tienen el beneplácito del Consell de Govern».

Además, Gómez ha rechazado hacer valoraciones sobre las críticas de Podemos y algunos compañeros de gobierno por el nombramiento. Así lo ha manifestado Gómez ante una pregunta durante la rueda de prensa posterior el Consell de Govern de este viernes.

PP y Podemos han expresado su descontento con esta actuación, y también lo han hecho compañeros de gobierno, como el vicepresidente Biel Barceló y la consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago.

En particular, Santiago aseguró en una entrevista que aunque esto es legal, personalmente «no se encuentra cómoda» con un nombramiento de estas características ya que hay «otros técnicos para no tener que nombrar a una persona tan cercana» por lo que era «evitable».

Como en otras ocasiones, Gómez ha defendido el nombramiento de su marido ya que él y otros directores generales «son personas con una trayectoria profesional impecable y experiencia dentro del ámbito de la salud» y «necesitamos a los mejores».

«Muestra de esto es que hemos tardado quince días en hacer posible un proyecto complejo como es la devolución de las tarjetas sanitarias», ha apuntado.

«Es importante tener a los mejores y confiar en que los que tienes alrededor son capaces», ha dicho Gómez, quien ha recordado que los directores generales «tienen el beneplácito del Consell».

«Lo importante es hacer un buen trabajo y responder a lo que nos pide la población», ha concluido.