Francina Armengol. | J. TORRES

TW
8

Lo peor para Francina Armengol en esta negociación para conseguir un pacto tripartito de Govern no es que Més y Podemos actúen coordinados, hecho que salta a la vista y que debilita a los socialistas. Lo peor para Armengol y su partido es que está obligada a defender una posición fija. El PSIB es la única de las tres fuerzas que no tiene movilidad por la sencilla razón que han arrancado esta negociación con la exigencia de que Armengol tiene que ser la presidenta del Govern. «Eso les deja más atados de pies y manos», afirman fuentes de la negociación.

Por su parte, la pinza MÉS-Podemos tiene mucho más campo de juego porque hay un montón de cargos y sillas por conquistar y ellos no parten de una predeterminación previa. Ante estos movimientos a su alrededor Armengol sólo puede comentar lo que viene repitiendo: «Vamos a ver qué piden. Hay que esperar». Le han quitado la movilidad, como un tótem. Mientras, MÉS y Podemos montan un festival de asambleas y de participación de las bases. «Parafernalia para asustar al tótem». Crean el clima para ocupar el máximo de terreno posible.

MÉS y Podemos actúan como dos grupos coordinados en todo envolvimiento de una posición fija: el grupo de apoyo y el grupo de asalto. El de apoyo es Podemos, con su artillería disparando a distancia. Reclaman la presidencia de Parlament, el Síndic de Greuges y un organismo coordinador del funcionamiento del nuevo Pacte. Tambien mucha presencia en IB3. No entrarán en el Govern pero lo mantendrán atrapado a distancia, facilitando la acción del grupo de asalto: MÉS. Los Biel Barceló, David Abril, Josefina Santiago y Margalida Capellà son los encargados de arrancarle a Francina el máximo de cuotas de poder. «La van a desplumar», afirman las mismas fuentes.

Armengol, enrocada por conseguir la presidencia, está objetivamente obligada a ceder, ceder y ceder...¿Qué le pide MÉS?: la vicepresidencia del Govern, varias consellerias del Govern, la presidencia del Consell y amplísimas competencias en la institución insular. Muchísimo. Pero Francina, fijada en su posición irrenunciable, soportando el fuego a distancia de Podemos y las descargas en corto de MÉS, no tiene otro remedio que ceder. Y ahí está la trampa; la desmoralización de su propio partido, de su propia gente, de los que tienen que aguantar el bombardeo en la posición fija, que ven como lo están perdiendo casi todo, comenzando un proyecto socialdemócrata para Balears con la marca PSIB, a cambio de la silla presidencial.

En esta guerra de nervios, en esta marea de asambleas convocadas para obtener referendos previamente previstos pero que sirven de juegos de artificios mediáticos para las jugadas, lo importante es visualizar el objetivo final de MÉS-Podemos. Todo asalto a una posición fija va dirigido a tomar la fortificación. El último eslabón es hacer saltar a Francina, que pierda los nervios y que renuncie a ser la candidata a presidenta a cambio de más cuotas de poder para su partido, para su gente. MÉS y Podemos la están provocando. la irritan con su displicencia coordianda. Buscan que se levante de la mesa de negociación y rompa la baraja para respirar aire fresco y superar el ahogo insoportable,

En tal caso, el president sería Biel Barceló, secretario general del PSM, pero habilmene controlado por Iniciativa, que está mucho más cerca ideológicamente de Podemos que del PSM. Pero si Francina resiste ciega y tozudamente (que es lo más probable), será la presidenta del Govern, pero habrá pagado un precio carísimo. MÉS se llevará una tajada impresionante y Podemos, desde fuera, acabará de cerrar el círculo de su control del poder a la espera de las generales de noviembre.

Lo malo de mantener una posición fija es que se da muchísima ventaja al contrincante. Francina confiaba en la llegada de refuerzos: la dirección nacional del PSOE en Madrid con Pedro Sánchez al frente. Pero Sánchez se conforma con una solucuión formal: presidenta socialista en Balears sin importarle el cacao que haya detrás. Además, le interesa ahora mismo el máximo entendimiento posible con Iglesias. Francina lucha en un posición difícil: la atacan un grupo de apoyo, un grupo de asalto y no le llegan refuerzos.