Antoni Pastor, Jaume Font y Josep Melià. | Pere Bota

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En una reunión de cúpula celebrada este martes, dirigentes del PI le pidieron al presidente Jaume Font y al vicepresidente Josep Melià que «den un paso al frente» y se ofrezcan a Francina Armengol para conformar «un proyecto de Govern creíble, válido y tranquilizador» presidido por la líder socialista. Incluyen a MÉS en esta operación. Todos juntos compartiendo áreas de poder. Estos dirigentes del PI consideran que «la inmadurez y falta de ideas claras de Podemos puede conducir al fracaso a todo intento de cambio progresista y convertir la próxima legislatura en un marasmo».

La suma de diputados de PSIB, Més y PI llega a los 27 escaños, a sólo tres de la mayoría absoluta. «Pero su posición en el Parlament sería muy sólida». Estos dirigentes están «seguros» de que Podemos «quedaría entra la espada y la pared. O vota al bloque de centro izquierda o vota a Bauzá. No tendrían alternativa».

En un principio, el PI, que cuenta con tres diputados, se situó al margen de la negociación de la izquierda y contempló sus disputas desde la distancia. «Hemos quedado muy decepcionados por los desencuentros que hemos visto», afirman estos dirigentes. «La inmadurez de Podemos es clamorosa, salta a la vista. Y es peligrosa para la estabilidad social y económica de Balears».

Al principio de la negociación observaron como Iniciativa con David Abril al frente arrastraba al PSM de Biel Barceló a la conformación de un bloque de 19 diputados con Podemos. Pero con el transcurso de los días solamente han «captado fricciones muy serias. Somos muy conscientes de que el Govern del cambio sólo es posible con Francina Armengol al frente. Cualquier otra alternativa es un absurdo», dicen.

Por otra parte están «convencidos» de que el voto de MÉS «es de clase media, de profesores, de profesionales, de comerciantes e incluso de algún pequeño hotelero. No es un voto revolucionario radical. Més debe ser consciente de ello. Barceló debe reflexionar sobre hacia donde conduce a Balears».

Tranquilizar a los empresarios

Para estos dirigentes «el PI sería un factor de equilibrio muy importante dentro del Govern. Sería balsámico, permitiría mucho diálogo y acometer numerosas iniciativas. Tranquilizaría a los hoteleros, calmaría a los que temen un desbarajuste. Y beneficiaría al PSIB, a Més, que vería reforzado su nacionalismo, que es su razón de ser, y a nosotros. Nadie saldría perjudicado». Para estos miembros del PI «sólo así se puede hacer una política balearista seria, sólida y con futuro. Darle tanto protagonismo a Podemos es volver a propiciar un duro y ciego bandazo hacia la derecha en el Archipiélago. ¿Qué diálogo habrá con la Federación Hotelera o con Caeb?».

No es seguro que Font dé el paso al frente de ofrecerse. Hay dudas sobre la actitud de Biel Barceló, «demasiado atrapado por Iniciativa», pero sí hay convicción de que «ésta es la mejor solución, la que quiere la mayoría, la que desean incluso los que han votado Més pensando en la defensa de los valores lingüísticos y culturales de Balears».

No ven problemas para que Podemos quede «fuera del Govern, que es lo que desean porque sólo piensa en las generales. Acabarían aceptando».

Además, el PI estaría en condiciones de acercarse a la amplia ala regionalista del PP, «que está hastiada del madrileñismo de Bauzá. La base de cambio podría crecer esta legislatura, mientras que una estrategia equivocada de hiperizquierdismo a menudo infantil lleva al fracaso y a alimentar el reaccionarismo».

En el PI saben que a José Ramón Bauzá los críticos del PP le han bautizado como «Iker Casillas, porque ya no para ni un taxi».

Por consiguiente, estos dirigentes regionalistas apuestan por articular una estructura de 27 parlamentarios, jugar fuerte y decirles a Podemos: «¿A quién queréis, a nosotros o a Casillas?».