La conciencia ética para las nuevas generaciones formó parte de la primera ‘visualización’ conjunta del mercado social. | Pere Bota

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La I Fira del Mercat Social de Mallorca cerró sus puertas en el patio de La Misericòrdia con tres mil visitantes y numerosos contactos entre las entidades participantes, que comparten valores éticos.

Para Jordi López, coordinador de la cita, «el balance no puede ser más positivo en esta primera ocasión, visualizando ante la ciudadanía cómo puede participar de manera activa en pautas de consumo responsables».

La hoja de ruta de Mercat Social Illes Balears, entidad sin ánimo de lucro constituida el año pasado para hacer visibles estas iniciativas, había marcado entre treinta y cuarenta expositores para su presentación al público, y finalmente fueron treinta y seis.

«El número de participantes es satisfactorio -explica López- pero también lo es la variedad de cooperativas, empresas e iniciativas personales que incorporan valores sociales, ecológicos y éticos para la producción, distribución y financiación de aquello en lo que se implican». Al cierre del primer Mercat Social de Mallorca, Jordi López admite que por parte del Consell «todo han sido facilidades» y están preparando ya la segunda edición. «Desde luego, será una feria anual», concluye.