Jaume Santandreu se encadena en sa Casa Llarga. | Joan Torres

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Jaume Santandreu, responsable de Can Gazà, se ha encadenado este jueves como anunció hace dos días, en protesta por el desalojo de sa Casa Llarga que la familia Feliu le ha solicitado, cuando se cumplen seis años de cesión de la finca para uso social.

Santandreu ha declarado la possessió 'territori okupa' a partir de este jueves, y ha asegurado que no se moverán hasta que la Policía no les desaloje. "Nos dieron un caramelo envenenado hace seis años", ha afirmado. Sin embargo, el activista ha desvelado que "existen políticos que actualmente gobiernan que le han garantizado que encontrarán una solución para trasladar sus actividades a otro lugar". Llegado el caso, será entonces cuando Santandreu dé por finalizado su encadenamiento, momento en el que tendrá que pedir a Jacqueline y Pep, dos amigos suyos, la llave de la cadena que guardan desde esta mañana, como él les ha solicitado.

Sa Casa Llarga es, según sus gestores, 'el pan de Can Gazà, un campo de trabajo para recobrar la dignidad'. La planta superior alberga una amplia sala que Can Gazà cede a la Pastoral Penitenciaria, que la emplea como almacén de calzado y ropa que entrega a los presos de la cárcel de Palma sin recursos económicos.

En la planta baja del caserón existe una dependencia destinada a exposición permanente de pinturas, que por poco precio pueden ser adquiridas por cualquier persona. También en esa misma planta hay otra habitación repleta de libros de todo tipo, donados a la entidad por entidades y particulares, que se pueden comprar a un precio único de un euro, dinero que ayuda a la autogestión de Can Gazà.

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Buena parte del terreno está ocupado por los talleres de recuperación de muebles y ropa, en los que trabajan los usuarios del centro de acogida, que son excluidos sociales extremos.

Los responsables de sa Casa Llarga tienen previsto no desalojar la propiedad hasta que la Policía no adopte medidas, ya que entienden que la posición de los dueños de la finca es injusta, ante la negativa a cederles por tres años más su uso.

Al acto de protesta han acudido para prestar su apoyo a Santandreu miembros de Memòria de Mallorca como Aina Calafat y Bernat Vicens, Joan Lladó de Esquerra Republicana, Alberto Jarabo de Podemos, y Jaume Mateu, presidente de la Obra Cultural Balear y también presidente de Can Gazà y sa Casa Llarga.

Santandreu ha explicado que la finca no cuenta con agua corriente ni alcantarillado, para lo que se necesitarían 300.000 euros.