El eje cívico de la calle Fábrica ha supuesto una proliferación de terrazas en la zona. | M. À. Cañellas

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Las posturas de vecinos y restauradores de la calle Fàbrica y la Llotja están enfrentadas.

Los primeros exigen la implantación de medidas restrictivas para disminuir el ruido, mientras que los segundos solicitan todo lo contrario.

Así lo reflejan las alegaciones que han presentado ambas partes a la normativa que ha elaborado Cort y que reduce el horario de apertura de bares y restaurantes.

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Los vecinos de la calle Fàbrica han presentado 60 alegaciones y los de la Llotja 7. Los residentes de Fàbrica reivindican que se adelante el cierre a las 23.00 horas; Cort propone que las terrazas cierren a las 23.30 horas, una hora antes que actualmente. Los vecinos también piden la reducción de ocupación de las terrazas.

Los vecinos de Fàbrica y la Llotja reclaman la declaración de Zona de Protección Acústica Especial para reducir los niveles de ruido.

Por el contrario, los restauradores reclaman que el uso de estas zonas se cambie de residencial a servicios, ya que entienden que es el predominante y así no superarían el ruido permitidos.